Por sus propiedades, y por que sin duda, es el producto de las abejas menos conocido, me gustaría hablaros del propoleo o propolis (por “delante de” y polis “ciudad”). Se trata de un conjunto de sustancias resinosas y balsámicas de consistencia viscosa, que las abejas recogen de distintas partes vegetales, para después modificar mediante ceras y secreciones salivares, además de crear un microclima propicio para el desarrollo y producción de la miel. Estas sustancias son almacenadas en las paredes de los panales ¿Pero, cuál es su función realmente?
Los sacerdotes del antiguo Egipto lo empleaban para conservar y embalsamar las vísceras de los faraones, y los griegos para tratar llagas y otras afecciones. Si reflexionamos un poco y observamos la función que esta sustancia tiene en la colmena, rápidamente nos damos cuenta que podemos sacarle partido. El propolis es sintetizado con el fin de protegerlas y mantenerlas libres de bacterias, virus e infecciones. Es por ello por lo que os planteo ¿Podría protegernos a nosotros de infecciones de bacterias, hongos y virus, al igual que protege a la colmena?
Entre las propiedades que lo han convertido en un complemento único, su actividad bacteriostática y bactericida ha sido la más investigada. Esta propiedad radica fundamentalmente en la galangina y al ácido cafeico., por lo que se puede usar el tratamiento de ulceras, infecciones bacterianas de las vías respiratorias, otitis, bronquitis, entre otras.
A su actividad bactericida se le suma su excelente capacidad antiviral, la cual nos ayuda a combatir los virus causantes de la gripe y otras afecciones invernales. Esta acción es deriva a los flavonoides, como la apigenina y acacetina.
No podemos olvidarnos de su capacidad antifúngica, siendo especialmente eficaz contra los géneros: Saccharomyces y Aspergillus
La sinergia de su capacidad antiséptica y cicatrizante, lo hacen un excelente complemento para el tratamiento de llagas y heridas bucales,
Su uso tópico ayuda a combatir afecciones de la piel, como dermatitis, psicoriasis, grietas, hemorroides y abscesos, forúnculos
¿Pero que le confiere estas propiedades?
Hasta el momento se han identificado más de 160 principios activos, de los cuales un importante porcentaje corresponde a compuestos fenólicos, a los cuales de le atribuye acción farmacológica. A estos compuestos se le suma la presencia de provitamina A y la Vitamina B3, cumarinas…
El aporte de propoleo, es un excelente compañero de viaje, que debería ser un elemento insustituible de nuestro botiquín. Su uso, cada vez más demandado es a través de extractos, aceites, comprimidos o cremas, solo o en combinación con otros productos.
Para finalizar, y a modo de resumen, indicaros que el consumo de propolis, es un modo natural de ayuda a combatir pequeños problemas que se nos presentan frecuentemente, sin tener efectos secundarios. Ahora solo queda que vosotros elijáis.
Autor: Cristina Rubio Viyeira| Bióloga del departamento de I+D de Drasanvi http://www.drasanvi.es
http://www.saberalternativo.es/spa/alimentacion.asp?var1=Alimentos&var2=Regalos%20de%20la%20colmena&nar1=12&nar2=1067
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