16 de noviembre de 2014

La Democracia, o es Directa, o no es


El que crea que vive y disfruta de una democracia plena es por que ni siquiera se ha parado a pensar en ello un solo segundo. No es sano estar bien adaptado a una sociedad enferma.

Viendo que la Democracia no promueve la participación y, en ocasiones, ni siquiera la tolera, deberíamos empezar a buscar términos y sistemas sociales de organización o participación alternativos al actual.

En teoría, es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación.

Usando esta breve definición como base, y partiendo de la misma, busquemos las pegas al asunto:

“La democracia es una forma de organización social”:

Ojalá. En la actualidad, la democracia parlamentaria que padecemos l@s

ciudadan@s, se basa en la organización de ciertos sectores sociales y la desorganización de otros. Esta democracia parlamentaria, busca la creación de burocracias que, a modo de “feed-back”, retroalimenten el propio sistema, siendo ajenas a las personas y la problemática que las rodea.

“Las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo”:

El concepto “democracia”, en pleno siglo XXI, debe entenderse como un reparto de poder entre TODO el pueblo, y no tan solo de una parte de este (oligarquía).

“Las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación”:

Si mi derecho a decidir se reduce al derecho a voto (esa jornada festiva dominical y cuatrienal), es que este sistema falla desde sus propios cimientos, y como cualquier estructura en esa situación, terminará por ceder y derrumbarse hasta la misma base. Y no es que haga de menos a aquellos que tanto lucharon por el derecho a voto, sino que, de la misma manera que la rueda de madera fue importante en su momento, hoy en día se nos antoja obsoleta y ridícula.

Por eso, y basándonos en las violaciones que esta “democracia” parlamentaria lleva a cabo sobre el verdadero significado de “Democracia”, deberíamos buscar conceptos alternativos para definir el sistema de organización con el que nos está tocando lidiar. Por ello, a continuación se citan algunos:

- Plutocracia:

La “plutocracia”, es un sistema de gobierno en el que el poder lo ostentan los poseedores de las fuentes de riqueza.

Se trata de un tipo de mandato que aparece en aquellos sistemas en los que aquellos que ostentan el poder económico ordenan el poder político y legislativo.

Una forma común de plutocracia hoy en día podría venir motivada por la financiación irregular de partidos. Ésta, puede provocar la formación de un “holding empresarial” (una compañía que controla las actividades de otras mediante la propiedad de todas o una parte significativa de sus acciones), tras financiar partidos y medios de comunicación, obligando a realizar un clientelismo político (un intercambio extraoficial de favores entre las partes citadas), a través, normalmente, de una legislación favoritista.

-Partitocracia:

Se trata del término empleado para referirse a la burocracia de los partidos políticos. A ello se refería el polémico filósofo riojano Gustavo Bueno como el sistema “que constituye una deformación sistemática de la democracia”. Es decir, y para que todos lo entendamos, se trata de un sistema de Gobierno en el que los actores principales y únicos del panorama político son los partidos políticos, a pesar de llamarse democracia.

En consecuencia, y partiendo de la base de que los partidos políticos son un mal necesario en una democracia, los ciudadanos se van apartando de ellos buscando cauces alternativos para intervenir, mediante “grupos de presión”, tal y como ocurre en la actualidad. El problema es que, supuestamente, estos grupos son totalmente legítimos y legales, ya que llevan ante el poder político las opiniones e intereses de los implicados en las decisiones adoptadas por los poderes públicos, y muchos de ellos son oprimidos duramente. Los únicos “lobbys” o “grupos de presión” que tienen libertad absoluta hoy en día son los patronales y los armamentísticos. A lo largo de la historia, también se ha visto como algunos grupos de presión han derivado en grupos políticos.

-Oclocracia:

La existencia de una ignorancia popular y/o una poderosa acción demagógica. Es común que dicha situación pueda estar promovida por la influencia de intereses.

Ilustres pensadores como Aristóteles, Juvenal, Lope de Vega y muchos más han advertido de un permanente peligro para la democracia popular: el interés de los oclócratas que ejercen el poder para hacerla degenerar en oclocracia con el objetivo de mantener dicho poder de forma corrupta, buscando una ilusoria legitimidad en el sector más ignorante de la sociedad, hacia el cual vuelcan todos sus esfuerzos propagandísticos y manipuladores.

En el desarrollo de esta política, sólo se tiene en cuenta de una forma superficial y burda los reales intereses del país, dirigiéndose el objetivo de la conquista al mantenimiento de un poder personal o de grupo en sus múltiples formas apelando a emociones irracionales mediante estrategias como la promoción de discriminaciones, fanatismos y sentimientos nacionalistas exacerbados; el fomento de los miedos e inquietudes irracionales; la creación de deseos injustificados o inalcanzables; etc. para ganar el apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la oratoria, la retórica y el control de la población. La apropiación de los medios de comunicación y de los medios de educación por parte de dichos sectores de poder son puntos clave para quien busca esta estructura de gobierno, a fin de utilizar la desinformación.

Así se mantiene un dominio sobre masas en movimiento que hacen valer sus propias instancias inmediatas e incontroladas creando la ilusión de que se impone un legítimo poder constituido sobre la voluntad popular. Sin embargo, tal y como asegura Rousseau en El Contrato Social falta la piedra angular, es decir, la voluntad general de unos ciudadanos conscientes de su situación y de sus necesidades, una voluntad formada y preparada para la toma de decisiones y para ejercer su poder de legitimación de forma plena. De esta forma, en la oclocracia la legitimidad que otorga el pueblo está corrupta, pasando el poder del campo de los políticos al campo de los demagogos.

Elige la tuya, plantea una nueva, invéntatela, haz lo que quieras. Pero por favor, no lo llames democracia y no lo llames libertad.



Fuente: Globedia.es



http://ssociologos.com/2012/12/06/la-democracia-o-es-directa-o-no-es/

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