(Imagen: Steve Henry)
Te harás a ti mismo infeliz.
Compararás tu experiencia presente
con la versión de segunda mano que elabora la mente acerca de la ‘felicidad.’
La verdadera felicidad es la ausencia de comparación.
Es la ausencia del intento de ser feliz.
Es una invitación a ser íntegro, a estar consciente, presente,
justo donde estás.
La felicidad no es una meta, por lo mismo no es un destino, ni un lugar de descanso final.
No es un estado, ni siquiera un sentimiento.
No se puede dar, ni tampoco quitar.
Es un campo. Un gran campo, donde la alegría y la tristeza,
el entusiasmo y el aburrimiento, la soledad, la duda,
y un profundo sentido de conexión,
la ira, el miedo, la incertidumbre, incluso la desesperación,