27 de noviembre de 2014

Que de verdad hay sobre los alimentos transgenicos



Aunque las empresas del sector insisten en que el cultivo de variedades vegetales que contienen genes de resistencia a plagas reducen el riesgo de malas cosechas y la necesidad de aplicar sustancias químicas para proteger los cultivos –asegurando una mayor productividad y reduciendo la contaminación por pesticidas y herbicidas–, este tipo de agricultura también presenta algunos aspectos negativos, relacionados sobre todo con el desconocimiento de las consecuencias que pueden tener sobre otras especies vegetales, y sobre poblaciones como las aves silvestres, los insectos polinizadores y los microorganismos del suelo (bacterias y hongos).

Los genes introducidos en los cultivos OGM pueden transferirse a organismos de la misma especie o incluso de especies distintas. La competencia y el cruzamiento de los OGM con especies vegetales no modificadas afectaría a la biodiversidad agrícola; los cultivos transgénicos podrían desplazar a las variedades tradicionales e incluso a las variedades silvestres de las que proceden.

La contaminación de cultivos tradicionales por coexistencia de cultivos

transgénicos es otro de los problemas que algunos detractores de los OGM esgrimen para defender el uso exclusivo de la agricultura tradicional, a lo que añaden cómo afectan a la biodiversidad.

Y es que, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de consumidores, ecologistas y algunos científicos consideran que, aunque en teoría el cultivo de plantas transgénicas supone una reducción en los costes de producción y mayores rendimientos, existe la preocupación de que unas cuantas empresas dominen este mercado. Agricultores y campesinos podrían perder el acceso al material vegetal, teniendo que pagar la adquisición de semillas a las empresas que han patentado procedimientos de modificación genética específicos, aunque estas variedades fueran obtenidas a partir de material genético originario de los campos de los agricultores.

Además, añaden, los derechos de propiedad intelectual podrían demorar la investigación, ya que impedirían a los investigadores del sector público acceder a los conocimientos de productos y procesos biotecnológicos de interés. Las repercusiones de esta situación serían especialmente negativas para los países en desarrollo, donde prácticamente no existen iniciativas privadas de investigación.

Existen muchos mitos y realidades de lo que realmente sucede con estos alimentos, así que desenmascaremos algunos de éstos.

Causan más alergias

Este es un hecho importante sobre los alimentos genéticamente modificados. Estudios han demostrado que las plantas que producen estos alimentos producen más alergias en ratones. Esto es un mal indicio para cualquier consumidor. Por más que estos alimentos son considerados como seguros, es importante formar alguna opinión sobre si es positivo consumirlos o no.
No son sólo plantas

Es muy importante tener en consideración que los alimentos genéticamente modificados no son únicamente plantas. Los animales inyectados con hormonas para que sean más grandes o produzcan más leche también son genéticamente modificados y no muy saludables para quien decida consumirlos.
Ciencia imprecisa

Esta ciencia es bastante novedosa, por lo que aún no se conoce a la perfección y hay mucho detalles desconocidos. Suena un poco a película de ciencia ficción, pero no sabemos los tipos de mutaciones que los alimentos pueden tener gracias a estos cambios en sus genes.
Cosechas farmaceúticas

Existen ciertos experimentos entre las compañías farmacéuticas y las modificaciones genéticas en alimentos como el maíz. Esto es más barato y seguro que ciertos métodos de manufactura de algunos medicamentos. Pero, también, puede resultar en una seria contaminación negativa.
Hambre mundial

Estos alimentos se promocionan como la solución al hambre mundial, prometiendo que acabará con ella. Realmente por si solos no podrían terminar con el hambre mundial y sería mejor concentrarse en métodos realmente efectivos para cosechar, lo que podría ser de igual valor alimenticio. (Incentivar una alimentación vegetariana es una idea, ya que esta es mucho más sustentanble).
No etiquetado

Estos productos no vienen etiquetados, nada te dice que son genéticamente modificados más que su apariencia. Esto es porque en realidad “son lo mismo”.
Caro para agricultores

Aunque parece que producir estos alimentos es más barato, dada su producción y tamaño en realidad esto puede resultar más caro para quienes utilizan estas cosechas, porque las semillas que no hayan sido plantadas no pueden reutilizarse, contrario a lo que sucedería con las semillas naturales (¿o deberíamos decir reales?). Algunas de éstas llegan a ser hasta 500 veces más caras que su precio original.


http://www.buenasalud.net/2014/08/04/que-de-verdad-hay-sobre-los-alimentos-transgenicos.html#

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