El Tiempo

El tiempo como lo entendemos es limitado y restringido. Pensamos en él como un elemento lineal y cronológico.

Vivimos en la era de la información y eso nos ha enfrascado en la creencia que la vida es rápida, estresada, que el tiempo no nos alcanza. Y es eso, una creencia porque en realidad, el tiempo es relativo.

Einstein nos explicó que la diferencia entre componentes espaciales y temporales es relativa según el estado de movimiento del observador. Por ejemplo, en un choque para el que va manejando el tiempo parece alentarse, es como si se viera en cámara lenta todo, pero para alguien que observa el accidente desde la banqueta, todo sucede en un instante. Esto nos ejemplifica que dependiendo del observador, el tiempo se experimenta distinto.

Cuando hacemos una petición a nuestra divinidad generalmente la ligamos a un tiempo específico en que queremos que se manifieste.

Continuamente nos decimos: “Necesito tener trabajo hoy. Quiero cambiarme
de casa lo más pronto posible. Voy a conseguir pareja este año.”

Los tiempos del Universo son distintos a los nuestros, no suceden cuando los dicta nuestro Ego, sino que acontecen en el momento perfecto para nuestro Ser.

Confía en que las cosas te suceden precisamente en el tiempo más auspicioso para ti. Cambia tu punto de vista y acrecenta tu paz interior a través de rendirte ante la posibilidad de que las cosas te sucedan en el momento perfecto para ti, sin que lo tengas que determinar tú.

1. Confía en que todo está sucediendo. Haz tu trabajo correspondiente y lo demás déjaselo a la Gracia.

2. Suelta el control. A veces nuestra necesidad de dictar cómo y cuándo deben suceder las cosas entorpece nuestro proceso de recibir lo que el Universo nos manda.

3. Al pedir, no te limites a un momento determinado, ábrete a dejar que el Universo te sorprenda con sus propios tiempos.

4. Vive en el Aquí y el Ahora. Estar conectad@ con el momento presente calma a la mente y evita que comencemos a dudar de la petición que hicimos o de la ayuda que recibiremos.

5. Observa los pequeños detalles en tu vida. Muchas veces estamos esperando transformaciones gigantes y no notamos los pequeños cambios que se dan en nuestra cotidianidad.

Namasté

Andrea de la Mora

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