La tensión arterial es la presión que ejerce el flujo sanguíneo contra las paredes de las arterias. La fuerza de esa presión debe tener una intensidad determinada y cuando esa presión sobre las arterias es más elevada de lo normal se produce hipertensión.
Después de los 50 años aproximadamente un 50% de la población presenta hipertensión y en España afecta a más de 5 millones de personas. Se calcula que hasta un 20% de la población de los países más desarrollados sufren hipertensión. En esta dolencia tienen un papel importante factores genéticos determinados, hábitos de vida, como el consumo excesivo de grasa y sal, así como el estrés y las tensiones psicoemocionales.
Cuando se toma la tensión se dan dos datos: la alta, o presión sistólica y la baja o presión diastólica. La tensión arterial máxima o sistólica (TSA): refleja la máxima presión a la que circula la sangre cuando comprimimos el vaso y el corazón se contrae
y expulsa la sangre hacia la corriente sanguínea.
La tensión arterial mínima o diastólica (TDA): refleja la mínima presión a la que circula la sangre cuando el vaso esta sin comprimir y el corazón se relaja.
Los últimos estudios consideran que existe HTA cuando las cifras de la tensión superan valores de TSA o la máxima es mayor o igual a 140 mmHg y/o TAD o mínima es mayor o igual a 90 mmHg; es decir mayor o igual a 140/90. A partir de estas cifras se considera que existe hipertensión y que esta puede ser:
· Leve cuando los valores se sitúan entre 140-150 / 90-99
· Moderada cuando se sitúan entre 160-180 / 100-109
· Severa cuando se sitúan entre 180-210 / 110-119 · Muy severa cuando los valores son superiores a 210 / 120
Si sólo esta aumentada la tensión mínima, se considera que existe hipertensión. Si sólo esta aumentada la máxima, se habla de hipertensión sistólica aislada, que también constituye un factor de riesgo de cardiopatía coronaria y accidentes cerebrovasculares.
Según la causa, la hipertensión se clasifica en: Primaria o Esencial cuando no existe una causa orgánica que la justifique. Secundaria se debe a una enfermedad conocida de origen renal, endocrino, nervioso o por la toma de medicamentos.
En la actualidad se acepta que la hipertensión es la consecuencia de la asociación de factores genéticos y factores ambientales. La tensión arterial depende del volumen de sangre que bombea el corazón y del estado de los vasos sanguíneos. Diversas circunstancias favorecen la alteración de estos procesos como son: obesidad, deficiencia de potasio, magnesio y/o calcio, exceso de sodio, apnea del sueño, sedentarismo, estrés, ingesta de alcohol, café y tabaco.
Parece clarO que un exceso de sodio se acompaña de una retención de agua en los vasos sanguíneos, lo cual eleva la tensión. Sin embargo, la sensibilidad a la sal podría estar ligada a factores genéticos, ya que no todos los hipertensos responden igual a la restricción de sodio.
La mayoría de los hipertensos no presentan signos clínicos, aunque puede haber cefalea, sensación de cabeza pesada, vértigos, mareos, disnea de esfuerzo o incluso sangrado de la nariz.
Las modificaciones dietéticas son fundamental para mantener los niveles tensionales dentro de la normalidad. Si hay sobrepeso al realizar una dieta hipocalórica se logra reducir la tensión. La respuesta de la hipertensión a la restricción de sodio varia de un paciente a otro, aunque se estima que más de un 60% de los hipertensos responden bien a la reducción de sodio de la dieta y aquí no solo se trata de limitar o evitar la sal añadida a los alimentos durante su preparación y en la mesa, también tenemos que limitar o evitar el consumo de alimentos con un elevado contenido de sodio como son los alimentos procesados: precocinados, lácteos (aunque no lo parezca, la leche es una fuente importante de sal. 1 litro de leche contiene 1200 mg de sal)...etc. ya que los alimentos de por si ya contienen sodio. Por ejemplo, un huevo tamaño mediano contiene aproximadamente 80mg de sodio, un zumo de tomate de 100grs contiene 400mg de sodio y 100grs de apio contiene 100mg de sodio.
Existen tres grandes grupos de plantas para tratar los problemas de hipertensión arterial. · Las hipotensotas propiamente dichas: el ajo, el olivo, el espino blanco, la cebolla.
· Las diuréticas como: el abedul, la cola de caballo, los estigmas de maíz.
· Las sedantes o tranquilizantes como: la valeriana, la pasiflora, melisa, azahar, etc.
Cuando la hipertensión se halla asociada a: Niveles Altos de Colesterol se necesitan plantas que favorezcan su reducción, como la alcachofa, el diente de león y la fumaría.
Si existen Problemas Circulatorios plantas como el castaño de indias, el rusco y la vid roja que mejoran la elasticidad de las venas y arterias favoreciendo la circulación.
Autor: Mª Jesús Vázquez
http://www.saberalternativo.es/spa/salud.asp?var1=&var2=Plantas%20para%20la%20Tension%20Alta&nar1=0&nar2=1162 |
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