El futuro y el pasado
son pensamientos en las mentes de los personajes
que tú-Conciencia, estás representando ahora.
- Nathan Gill
Cuando nos identificamos con la mente, vivimos a través de la memoria y la anticipación. Estamos atrapados en nuestra propia trama temporal. Vivimos en un mundo conceptual, hipnotizados por el pasado y el futuro. ¿Por qué es así? Porque el juego favorito del ego es creer en el tiempo. Siendo así, ¿por qué el pasado resulta tan atractivo? Una de las razones es que nos da una identidad: nos permite "mirar atrás" a lo que hemos conseguido, a lo que creemos ser. Esto confirma y fortalece nuestro habitual sentido del yo. ¿Y qué pasa con el futuro? Bien, el futuro contiene la promesa de la liberación, y nos gusta poner esta imagen ante nuestros ojos para que nos mantenga en marcha, como la zanahoria delante del burro.
La mente pensante ha creado este concepto del tiempo lineal por motivos prácticos, pero nuestro ego también lo utiliza para convencerse de que es real. Y mientras nuestro ego se relaciona con el tiempo lineal, nos movemos hacia delante y hacia atrás a lo largo de esta línea imaginaria. Nos proyectamos hacia el pasado y el futuro sin ver el precioso momento presente. Cuando queremos aproximarnos al presente, vemos que se nos escapa de las manos una y otra vez. Cada vez que registramos mentalmente una sensación, ya está en el pasado. Finalmente reconocemos que el momento presente está fuera del tiempo. Vemos que es imposible "vivir en el ahora" y seguir siendo una persona, porque la persona también es un concepto. En cuanto estamos en el momento presente, ¡desaparecemos! Entonces no queda nada que decir; lo que queda es nuestra vida cotidiana vista desde la conciencia intemporal.
De hecho, somos incapaces de experimentar la duración de un segundo o de un minuto, de un día o de un mes. Podemos pensar en un minuto o en un mes, podemos intentar imaginar su duración, pero nunca experimentaremos la duración misma. Sólo experimentamos lo que es, y esta corriente no puede ser detenida. En cada momento-ahora se oculta lo inasible. Cada momento-ahora es infinito y, como tal, inexistente. Cuando "vemos" esto, miramos cara a cara la Conciencia. Cuando miramos lo que ocurre en este momento, puede presentarse un misterio: este momento-ahora es esencial, pero al mismo tiempo es inasible. En la China del siglo XIII, el poeta Wu-men escribió:
Un momento es eternidad
Eternidad es ahora.
Cuando ves a través del momento,
ves a través del que ve.
Esta última frase es muy importante: cuando desenmascaramos el momento presente, nos fundimos automáticamente en lo que es. Durante ese momento de clara observación, la entidad personal no tiene ninguna relevancia. Cuando estamos alerta y despiertos al momento presente, no nos preocupamos por el pasado o por el futuro. Simplemente nos fundimos en el momento, y entonces ese momento es intemporal.
http://www.advaitainfo.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario