12 de mayo de 2014

La Cueva de las Manos en Santa Cruz de Argentina

El arte de los antepasados de los tehuelches que vivieron entre 9300 años y 1000 años atrás persiste protegido del viento, la nieve y la lluvia en un estado de conservación sin igual.

Arte rupestre de 9300 años atrás en la Cueva de las Manos, en Santa Cruz, Patagonia Argentina (Gobierno de Argentina)


En un lugar a 163 kilómetros de la ciudad Perito Moreno, en Santa Cruz, al Sur de Argentina, se encuentra uno de los sitios que la UNESCO declaró en 1999 Patrimonio Mundial de la Humanidad: la “Cueva de la Manos”, un arte rupestre que tanto en su interior como su exterior entusiasma a exploradores nacionales y extranjeros. (Foto) (Foto) (Foto)

                                                              


Entre rocas de hasta 200 metros de altura cerca del río Pinturas, las pinturas de manos de grupos de nativos, antepasados de los tehuelches que vivieron entre 9300 años y 1000 años atrás persisten protegidas del viento, la nieve y la lluvia en un estado de conservación sin igual.

Susana Bosio, Docente de la Universidad del Salvador de Buenos Aires, profesora especializada en historia del arte explicó en su artículo “La Cueva de las Manos”, que en las paredes se encuentran especialmente tres períodos de este arte en que se observan manos en negativo y positivo, como también “representaciones de animales, especialmente guanacos, improntas de ñandúes y felinos, grecas, puntos, líneas rectas, circulares, y el hombre representado de manera muy esquematizada”, según publicó Artebaires en su portal.

De acuerdo a estudios de Carlos Gradín, la docente señaló que uno de los períodos el arte se caracterizó por ser “realista, dinámico y anecdótico”, que incluyó escenas de caza a las que se asocian las improntas de manos en negativo. Usaron para ello preferentemente colores ocre, rojo, violeta y negro.
                                                              


El segundo período incluye una gran cantidad de improntas de manos femeninas, juveniles, y representaciones de guanacos, pero “menos naturalistas ya que aparecen en grupos estáticos”. Las escenas de caza desaparecen y los personajes se ven con vientres abultados, cuellos largos y cabezas pequeñas, y a veces con sus crías. Aquí usaron más el negro, rojo, rojo-violáceo, amarillo, blanco, violeta y a veces el verde.

En cambio el último período es el más abstracto con figuras como batracios, ñandúes, y formas geométricas, triángulos escalonados, círculos y la figura humana lineal, y en esta época se usó preferentemente el color rojo.

Para la pintura, Susana Bosio describió que los habitantes antepasados molieron las piedras coloridas del lugar con un mortero: “hematitas para el rojo, limonitas para el amarillo, malaquitas y azuritas para azules y verdes”. Para la mezcla usaron líquidos como “agua u orina o grasa de origen animal”.
                                                            

“Utilizaron también algunos pigmentos de origen vegetal, como el carbón molido para el negro y raíces trituradas para marrones y grises. Una vez preparadas las pinturas, éstas se aplicaban directamente con los dedos, con una espátula o con pincel hecho de hojas fíbrosas deshilachadas, o con pelos de cerda de animales silvestres”.

Una de las incógnitas es que el hombre prehistórico de los cinco continentes tenía la misma concepción de arte rupestre, y las manos se encuentran en cuevas de todo el mundo.

"Las investigaciones realizadas ponen de manifiesto una serie de constantes en el arte rupestre de todos los continentes: utilización de técnicas y de colores similares, temas restringidos y repetitivos, formas semejantes de asociación, el mismo tipo de lógica, reiteración de una gama de ideogramas simbólicos y más aún, representación simultánea de pictogramas, ideogramas y psicogramas”, escribió Emmanuel Anati al analizar "'El Arte de los Comienzos"' en su artículo para "El Correo de la UNESCO”,

El prehistoriador Osvaldo Menghín, autor de una síntesis interpretativa del arte patagónico, definió el "estilo de negativos", y pese a la "gran difusión" en todos los continentes", destacó que “es indudable, no obstante, que es en Patagonia –entre los ríos Chubut y Santa Cruz– y en la región Franco-cantábrica donde los negativos de manos alcanzan su máxima representatividad (Menghín 1957:58 y 62)”, según cita Rafael Paunero en un ensayo publicado por Rupestreweb.
                                                           

De acuerdo a estudios, Paunero, señaló que entre las técnicas que utilizaron los antiguos habitantes de la Patagonia está el pulverizado directamente con la boca (foto) o el pulverizado o soplado a través de un canutillo, caña, hueso o instrumento similar. También se postuló la posibilidad de un salpicado o esparcido con la ayuda de un hisopo, pincel o elemento embebido de pintura.

Sin embargo se conoce que los indígenas Selk'nam (imágenes históricas), que habitaron el cono sur de Chile y Argentina, solían pintarse el cuerpo con la técnica de pulverizar directamente usando la boca.

La localidad de Perito Moreno es considerada por algunos la Capital Arqueológica de la Provincia de Santa Cruz, y toda esta zona, incluido el Parque Nacional Perito Moreno, es un riquísimo sitio arqueológico y paleontológico.

Arqueólogos y Antropólogos descubrieron además de pinturas rupestres, distintos tipos de yacimientos arqueológicos de habitantes de hasta 14.000 años a.C y fósiles que testimonian la existencia de un mar en esta región mucho antes de que el hombre la habitara.


Por Anastasia Gubin - La Gran Época

http://www.lagranepoca.com/31720-cueva-manos-santa-cruz-argentina

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