© REUTERS Brian Snyder / Gobernador de Massachusetts, Deval Patrick |
"En medio de una severa epidemia de adicción a las drogas impulsada por la prescripción de opioides, lo último que el país necesita es un nuevo y peligroso opioide", indicaba la misiva, agregando que una dosis inapropiada puede matar a mucha gente una vez que dicho producto salga al mercado.
En respuesta a esas preocupaciones el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, prohibió Zohydro "hasta que se determinen las medidas adecuadas para salvaguardar" a los ciudadanos "contra las posibilidades de sobredosis y el mal uso" de ese "analgésico potencialmente letal". Dicha prohibición
llevó a que Zogenix pusiera una querella ante la justicia.
La jueza federal, Rya W. Zobel, indicó que la prohibición temporal probablemente no dure mucho tiempo y alentó a ambas partes a alcanzar un acuerdo. Zobel recordó que la FDA decidió aprobar el fármaco en octubre reconociendo que Zohydro tiene una alta posibilidad de adicción.
Mientras, Peter Shumlin, gobernador de Vermont, anunció que llevará a cabo una prohibición similar, lamentando que algunas autoridades sigan ignorando a nivel nacional el problema de los medicamentos recetados. "Zohydro ha sido aprobado por la FDA para el desconcierto de muchos de nosotros", dijo el funcionario a una cadena estadounidense.
Y es que las preocupaciones tienen fundamento si se tiene en cuenta que el uso de opiáceos se ha disparado en los últimos años en los EE.UU. y en la actualidad son más fáciles de adquirir de lo que eran antes. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, las muertes por opioides recetados han pasado de más 4.000 en 1999, a más de 16.000 en 2010.
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