No vivir en el hoy y aferrarte a recuerdos, repasar vivencias dolorosas o imaginarte situaciones que están sucediendo o sucederán en un futuro, cuentos chinos que te imaginas, es restarte tanta energía como si (suponte) un ordenador tuviera abiertas a la vez 25 ventanas que no utiliza. Todo es más lento. Todo lo que podrías hacer se ralentiza.
Con DANIEL TESTINO, y desde las bases de alguno de sus talleres, vamos a ayudarte a ‘resetear’ tu ordenador (tú) y a cerrar esas pantallas que tanto te incomodan. Tienes ‘petado’ el sistema operativo.
Si crees que necesitas una limpieza, empezamos en tres, dos uno esta travesía.
Realmente, no somos conscientes de la importancia que tienen nuestros pensamientos, las decisiones que tomamos segundo a segundo. No somos conscientes de nuestro poder de atracción, de la fuerza que ejercemos ahí donde ponemos nuestro foco. Si seguimos mirando a eso que sucedió en el pasado, eso que sucedió en el pasado volverá. Si nos originó dolor, el dolor regresará multiplicado. ¿Estás dispuesto a pasar por esa experiencia de nuevo? Imagínalo. ¿No? Entonces, empezamos a cerrar pantallas. Ya.
LOS PASOS DEL ‘RESET’
Cerrar pantallas es tan fácil como utilizar el ratón del ordenador. Sólo tienes que querer hacerlo. Dar la orden, del mismo modo que la da tu cerebro para que tus manos actúen.
¿Por qué esa demora, entonces? Simplemente porque la enfermedad engancha. Y llamamos ‘enfermedad’ a esa tendencia a rebozarnos indiscriminadamente en el dolor que, sí, también puede llevarte a una patología: empezando por la ansiedad… y de ahí para arriba.
“El cuerpo –asegura Daniel Testino—reclama la enfermedad. Estamos acostumbrados al dolor para poder amar, a sufrir para ‘enamorarnos’. Son los patrones de miedo, sacrificio y dolor. Es como si supiéramos siempre que tenemos que hacer algo pero no lo hacemos, como si supieras que tienes que hacer algo pero no lo haces. Sólo damos ese paso cuando nos duele menos que no darlo. Y éste y no otro es el paradigma que podemos cambiar, es lo que podemos crear entre todos: entender que NO HAY QUE SUFRIR”.
**Fundamental para continuar es prestar atención a un aspecto básico en el que incide Testino:“Tienes que entender que todo esto que te ha sucedido te lo has producido tú mismo para poder cambiar. ¿Si yo no puedo amarme a mí mismo cómo voy a amar a otro?, por ejemplo. Te sentiste culpable por todo lo que hiciste en el pasado y buscaste a alguien para que te lo hiciera a ti. O, también, ‘me estoy poniendo algo frente a mí porque estoy tan dormido que es el único modo de despertar’. TODO LO QUE VA PASANDO EN TU VIDA ES LO QUE TIENES QUE SOLUCIONAR”. Volviendo al ordenador: todo lo que has pasado es lo que te has programado. Ni más ni menos.
Para cerrar pantallas sólo tienes que decir GRACIAS. ¿Fácil? a veces puede resultarte muy difícil. Porque cerrar pantallas implica perdonar y, después, ni siquiera eso: no habrá ya nada que perdonar, lo verás todo absolutamente limpio. Todo está disuelto. Limpiaste el sistema operativo. Tu ordenador personal va ‘como un tiro’.
Antes de practicar el perdón es necesario sacar la rabia. La comprensión amorosa es la inteligencia del corazón. Perdonar es un signo de grandeza y la venganza es una señal de bajeza. Se trata de aprender la lección que el maestro nos ofrece en lugar de sentir resentimiento hacia él. Fijar la atención en la lección, no en el maestro. Una conciencia elevada ama, no juzga
(Anna Mascaró, experta en psicología de la evolución)
¿Otro cuento chino?, piensas. No: es completamente real aunque te parezca ahora como si te hablaran de irte a vivir a Saturno frente a lo que sientes cada día (o muy a menudo): ese escozor interno, una desazón que en ocasiones te ahoga y que, aunque intentes mitigar con otra relación, diversiones, fiestas, viajes, actividad frenética, ligues, deseos conseguidos, dinero… no para y no para y no para. Lleva muchos años acompañándote y cada vez es más y más molesta. ¿Incansable, verdad?
Cierra pantallas. No revivas. No pierdas la oportunidad que te debes.
Y recuerda: “Todo aquello por lo que nos sentimos culpables y/o resentidos lo repetimos yseguimos atrayéndolo a nuestras vidas hasta sanarlo con el amor” (Anna Mascaró).
Deséate un mañana libre de dolor y de culpa. Para ti y para todos y cada uno de quienes han pasado por tu camino.
Que el ‘reset’ te sea propicio, como propicios te sean los vientos de la vida.
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