La tristeza o el dolor contiene la pérdida de un sueño familiar acerca de cómo 'tendrían que haber sido las cosas', un resquebrajamiento del estatus quo, la demolición de las expectativas y las esperanzas que se arruinaron.
El sanar implica un sutil cambio de enfoque - de lo que está ausente, hacia lo que está presente; de lo que se ha perdido, hacia lo que jamás puede perderse; de lo que ya no está aquí (y que jamás volverá), hacia lo que aún está presente. De la vida hacia la muerte. Del amor que se perdió, hacia el amor que se siente a pesar de la pérdida.
La eterna presencia de alguien a quien amas, idéntica a tu propia presencia, jamás se perdió realmente, y nunca podría perderse porque tu corazón es su
corazón. Y cuando tu atención está depositada en la plenitud de lo que se dio, en la plenitud de la presencia en lugar de la ausencia de la presencia, podrías descubrir preciosos regalos en el corazón de ese dolor, y la impotencia podría suavizarse hasta convertirse en una gratitud inefable, y la nostalgia podría estallar para convertirse en amor incondicional, y un corazón destrozado podría, de hecho, convertirse en un corazón que cura, y tus propias lágrimas podrían tomar un sabor mucho más dulce...
- Jeff Foster
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