4 de mayo de 2014

¿Qué tipo de contaminación existe dentro de las casas?


Cuando hablamos de contaminación, inmediatamente asociamos el término con una gigantesca humareda negra saliendo del escape de un camión o con una ciudad inmersa en una neblina gris por el humo proveniente de las fábricas. La contaminación es eso, pero también es un poco más.

Pocas personas recuerdan que la contaminación también existe al interior de los lugares cerrados – ¡y vaya que existe! Algunos estudios indican que la contaminación del aire en estos ambientes puede resultar incluso más perjudicial para la salud que la de las grandes metrópolis. Y es bueno saberlo, ya que pasamos un 80% de nuestras vidas al interior de salas, edificios, escritorios, etc.

En seguida listamos algunos de los principales tipos de contaminación que nos acompañan al interior de nuestras casas y, como no, las soluciones prácticas para eliminarlos de una vez por todas. Y no se trata de ser un obsesivo con la limpieza. Los estudios demuestran que un poco de contacto con la suciedad podría resultar beneficioso al reforzar el sistema inmunológico de los pequeños. Pero sólo un poco.

Enemigos íntimos.

El aire del baño y de la habitación concentra bacterias, hongos y partículas nocivas.

Ácaros.

La cama es la mayor fuente de contaminación en una casa. El ambiente

caliente, húmedo y con restos de piel (una persona adulta pierde alrededor de 1 gramo de piel por día) favorecen la proliferación de los ácaros, que terminan por causar alergias y enfermedades respiratorias.

Solución: Ventilar perfectamente la habitación y lavar la ropa de cama con agua caliente una vez a la semana.

Partículas nocivas.

El humo de un cigarro es una fuente de pequeñas partículas suspendidas en el aire, estas responden por el 85% de la degradación en los ambientes cerrados e incrementan los riegos de problemas respiratorios, como el asma y la bronquitis.

Solución: Fácil, ¡No fumes! Si no tienes otro remedio, mínimo hazlo en ambientes donde pueda escapar el humo.

Moho

Los hongos (popularmente conocidos como “moho”) proliferan en sitios donde se acumula la humedad. Además de en los techos, el moho acostumbra a aparecer en las paredes y los armarios, causando micosis, rinitis y asma.

Solución: Evita la humedad reparando las fugas y utiliza productos anti moho.

Contaminación externa.

Los aparatos de aire acondicionado son una invitación a la proliferación de todo tipo de bacterias, hogos y ácaros, gracias a la humedad en su interior. Cuando son mal instalados, también ingresan el aire contaminado al interior de la casa.

Solución: Dale mantenimiento contra los microorganismos e instala el equipo por lo menos a tres metros sobre el nivel de la calle.

Compuestos orgánicos volátiles

Las resinas, pegamentos y tintas utilizadas en paredes y muebles contienen sustancias químicas (compuestos orgánicos volátiles, también conocidos como COVs o VOCs) que se desprenden durante la aplicación, provocando dolor de cabeza, mareos y debilidad.

Solución: Ocupa casas remodeladas o recién pintadas sólo después de tres semanas.

Bacterias.

Aficionada al agua caliente, la bacteria Legionella pneumophila es la responsable por un tipo de neumonía bastante complicada de curar. Puede residir en la regadera para descender junto con el agua o permanecer en el vapor del baño.

Solución: Limpia de forma regular la regadera con desinfectante – de ser posible, también por dentro.

Monóxido de carbono.

Este gas toxico aparece en los procesos de combustión en calentadores. Nauseas, mareos, respiración irregular y dolor de cabeza pueden ser señales de altas concentraciones de monóxido de carbono en el aire.

Solución: Mantén los calentadores en lugares bien ventilados y con el mantenimiento al día.

Compuestos tóxicos.

Estudios recientes indican la presencia de sustancias toxicas en cosméticos, como desodorantes, perfumes y cremas. Para el caso de los aerosoles, algunos productos contienen freón, un tipo de CFC supe nocivo para la capa de ozono.

Solución: Utiliza sprays con el sello de “no perjudica la capa de ozono”.

Bacterias fecales.

¿Acostumbras a limpiar el inodoro? Perfecto, pero no te olvides de limpiar también tu cepillo de dientes. Cuando se descarga el inodoro con la tapa abierta, las bacterias de la caca se dispersan por el aire y permanecen allí hasta por dos horas, pudiendo fácilmente llegar a aquel cepillo en el lavamanos.

Solución: Utiliza una tapa plástica para proteger las cerdas o ubícalo en un sitio aparte.



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