En el transcurso de cada día de nuestras vidas se nos presentan infinidad de ocasiones para ser agradecidos, para equilibrar nuestro dar y recibir, una manera gentil de apreciar a nuestros acompañantes y todo aquello que nos rodea, que nos sucede y que nos aporta en nuestras vidas.
En India el “Namaste” se usa como un saludo de encuentro o despedida, generalmente tomado como una expresión de buenos deseos. Va acompañado de un gesto llevando las palmas abiertas juntas: normalmente ante el pecho, debajo de la barbilla, debajo de la nariz, o sobre la cabeza. Y uno de sus tantos significados es: “Yo honro al Buda que hay en ti y que también está en mí, somos uno.”
Cada vez que nos sentimos agradecidos se genera una energía en nuestro interior que nos permite el disfrutar de todo lo que se nos viene, inclusive de aquello que no nos gusta, haciendo que se diluya como la mantequilla en el calor. El agradecer es decir si, es aceptar lo que hay, es
vivir el presente, es tomar el instante tal y como es.
La actitud de agradecimiento en la vida, es un acto consciente de reconocimiento de nuestra vida, de nuestro destino, de nuestro Karma. Es una actitud que nos permitirá contemplar nuestras circunstancias y dolencias como parte de nuestro camino. El no agradecer, es como el no reconocer, no admitir, el inconformismo sin búsqueda del crecimiento. Solo tenemos que agradecer aquello que tenemos, la vida, la oportunidad de respirar día a día, la familia de la que venimos y la que creamos.
Agradeciendo uno siempre gana, en la ingratitud uno siempre pierde, física y moralmente. Los tiempos que ahora vivimos no son ni mejor ni peor que otros son los que ahora suceden y lo más importante de ellos es que podemos vivirlos, puesto que no habría alegría sin tristeza.
Tenemos la oportunidad de mejorar nuestra vida con una actitud “namaste”, agradeciendo ser quien somos y el papel que nos toca desempeñar en nuestras vidas. La actitud de agradecimiento día tras día por seguir viviendo la materia, por seguir disfrutando de la misma y de todo lo que nos brinda la naturaleza.
Nuestro destino sabe que es lo mejor para nuestras almas, la mente es la que nos engaña con el sufrimiento, con el rencor, con el odio y la venganza. Ninguna de estas actitudes nos va a liberar ni disminuirá nuestra aflicción, en la mayoría de las circunstancias, como participes de ellas que somos, tenemos una parte de responsabilidad, así que es bueno y razonable el mantener una actitud de agradecimiento y no de víctima o de culpabilidad, pues como el refrán dice: “dos no discuten si uno no quiere”. Sin embargo, no agradecemos el tener con quien discutir.
La indiferencia es una actitud de desprecio, una ingratitud y no permite el ser agradecido ni siquiera con nosotros mismos. Una actitud adulta no es indiferente, es agradecida y reconoce lo que corresponde, seamos acordes con nuestras actitudes frente a la vida, frente al destino, frente nuestro pasado, presente y futuro.
Autor: Miguel Anxo Martínez López
http://www.saberalternativo.es/spa/desarrollo_personal.asp?var1=&var2=Namaste:%20El%20agradecimiento%20en%20la%20vida.&nar1=&nar2=1181 |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario