Según explicó Dubanchet al portal francés The Local, antes de emprender su viaje imaginaba que los supermercados, restaurantes y panaderías europeos echan al vertedero muchos productos todavía aptos para el consumo, pero la realidad superó sus previsiones. "Realmente no pensaba que gastáramos tanto. Incluso cuando lo sabes, resulta sorprendente abrir un basurero y descubrir en él tantas patatas, tanta fruta, yogures: a veces, los vertederos de 500 o 1.000 litros están llenos de cosas que todavía son comestibles", comenta el joven de 25 años de edad.
Dubanchet lleva de viaje algo más de dos meses, desde el pasado 15 de abril. Después de partir de Francia, ya atravesó cinco países: Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos, Alemania y la República Checa. Planea llegar a Varsovia, la capital de Polonia, a mediados de julio. Confiesa que una gran parte de los negocios donde pidió que le entregaran la comida que querían tirar se negaron a hacerlo alegando que lo que había en la basura no era
apto para el consumo humano.
apto para el consumo humano.
El joven también denunció que la mayoría de los supermercados cierra sus basureros y a veces los cubre incluso con alambre de púas. La travesía del francés coincide con el Año Europeo contra el Desperdicio Alimenticio.
Según la estadística de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), anualmente casi un tercio de la comida que se produce mundialmente para el consumo humano —aproximadamente 1.300 millones de toneladas— caduca y termina en los basureros.
La FAO insiste en que solo una cuarta parte de esta cantidad podría bastar para alimentar a los 870 millones de personas hambrientos en el mundo. RT
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