14 de julio de 2014

Por qué según la física cuántica la olla que se observa nunca hierve

Experimentos demuestran que el investigador puede alterar físicamente lo que investiga, simplemente con observarlo.

Imagen de niño mirando una olla llena de agua, y una ilustración conceptual relacionada a la física cuántica. (*Shuttershock)


¿Cree posible que los pensamientos puedan prevenir el deterioro de una partícula? ¿Podría sus pensamientos acelerar el deterioro de la misma?

Experimentos en física cuántica demostraron que el investigador puede afectar físicamente lo que él o ella observan simplemente "observándolo".

Los científicos señalaron que el acto de medir algunas partículas puede acelerar o neutralizar el deterioro de éstas. Medir con mayor frecuencia inhibe el deterioro. Algo así como el proverbio, “olla que se observa nunca hierve”.

Buscando otras formas del tiempo de medición (descrito con más detalles abajo), los investigadores fueron capaces de acelerar el proceso del deterioro. Estos efectos de la observación violan la clásica ley universal del

deterioro exponencial.

La desaceleración del deterioro se conoce como el efecto cuántico Zenón. Se publicó por primera vez en 1977 en la Revista de Física Matemática, en un artículo titulado, 'La Paradoja de Zenón en la Teoría Cuántica, escrito por Baidyanaith Misra y George Sudarshan. Se lo llamó así, en honor del antiguo filósofo griego Zenón de Elea.

El veterano físico, Andrew Zimmerman Jones, explicó la paradoja de Zenón en un artículo publicado por el medio About: “Para llegar a un punto distante, tienes que recorrer la mitad de la distancia a ese punto. Pero para conseguir eso, tienes que recorrer la mitad de esa mitad. Pero primero, la mitad de la última distancia. Y así sucesivamente…, al final nos encontraremos con infinidades de medias distancias que deberemos recorrer y que en realidad, ¡nunca lograremos alcanzar!”.

Esto es alucinante, pero casi todo en la física cuántica lo es. La aceleración del deterioro se conoce como el efecto anti-Zenón.

Los físicos de la Universidad de Austin, Texas, ensayaron los efectos Zenón y anti-Zenón con partículas inestables, y publicaron sus hallazgos en 2001 en la revista Physical Review. El estudio se centró en los átomos de sodio.

El efecto Zenón dio resultado. En comparación con las muestras no perturbadas, el deterioro fue eliminado en las partículas que fueron medidas con mayor frecuencia. El efecto anti-Zenón fue también experimentado con éxito.

El efecto anti-Zenón

Las partículas que no fueron medidas mostraron un patrón inicial de deterioro lento seguido de una caída rápida que entonces se equilibró a una velocidad más estable de deterioro.

Los físicos especularon con la idea que si hubieran interrumpido el deterioro inmediatamente después de su rápida caída, hubieran podido mantener las partículas en ese estado- el estado de caída rápida. Cuando pusieron esta hipótesis en acción, se percataron de su acierto.

Esto no nos ayudará a lograr la inmortalidad, retrasando nuestro propio deterioro corporal hasta casi detenerlo del todo, o al menos, no sin haber hecho grandes progresos en la comprensión de lo que los científicos actualmente conocen. Pero, sí podría ayudarnos a desarrollar computadoras cuánticas.

Computadoras cuánticas

La gigantesca capacidad informática de una hipotética computadora cuántica, podría ayudar a solucionar problemas complejos en una variedad de campos, desde la química hasta la inteligencia artificial.

En un artículo titulado, Microsoft apuesta por el gran avance de la Informática Cuántica en un futuro próximo, el corresponsal del New York Times, John Markoff, explicó: “La informática convencional está basada en el bit ( dígito binario en español), que puede representar uno de estos dos valores separados, 1 o un 0, como único valor en el cómputo. Por el contrario, la informática cuántica está basada en los qubits (bit cuántico), que simultáneamente representan los valores 0 y 1”.

“En un estado desordenado, físicamente separados, pero actuando como si estuviesen conectados con otros qubits, pueden representar un vasto número de valores simultáneos, dijo Markof, y añadió, que “las limitaciones existentes de la capacidad informática se tirarían por la ventana".

Investigadores de la Universidad de Humboldt, Berlín, descubrieron que el efecto cuántico Zenón puede aplicarse al diamante, haciendo de él, el material ideal para crear computadoras cuánticas. Los investigadores publicaron sus descubrimientos en 2013 en la revista Physical Review A, con el título: Estudio del fenómeno cuántico Zenón en una sola vuelta al estado sólido.

El grupo de científicos se focalizó en un electrón inserto en una especie de imperfección dentro de un diamante. Utilizando micro-ondas para cambiar el estado de giro magnético del electrón, descubrieron que ese electrón pararía de oscilar entre los dos posibles estados si fuese medido con frecuencia.

Ronald Walsworth, físico atómico de la Universidad de Harvard, ya había sugerido en 2010 que el efecto Zenón podría ser operativo con los diamantes.

Después que los investigadores de la Universidad de Humboldt publicaron sus hallazgos, Wallsworth confesó a Nature que aunque la evidencia crecía, no se deberían empezar a construir computadoras con diamantes sin abrir antes una investigación, que verificara realmente si la interrupción fue debido al proceso cuántico y no a otros factores.

*Imagen de joven mirando hacia abajo via Shutterstock



Por Tara MacIssac - La Gran Época



http://www.lagranepoca.com/32450-que-segun-fisica-cuantica-olla-que-se-observa-nunca-hierve

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