Diferentes técnicas se adaptan a diferentes personas en diferentes momentos. De hecho, cualquier actividad en la vida puede llegar a convertirse en una meditación porque hacer cada acto con conciencia nos trae al momento presente en el que la mente no nos domina.
Al educar la mente a través de la meditación es posible apagarla cuando ésta no es necesaria. Esto nos da paz y silencio, nos lleva más cerca de reconocer quiénes somos realmente, incrementa nuestra creatividad y jovialidad y permite a la mente descansar, por lo que funcionará de manera
más inteligente y eficiente después.
En cada momento multitud de pensamientos buscan nuestra atención. Meditación significa simplemente observar estos pensamientos sin tener que analizarlos o involucrarnos en ellos, pues ellos no son nuestra realidad. Ningún pensamiento es nuestro, vienen de fuera. No podemos evitar que vengan a nosotros, pero sí que podemos dejar de poner la atención en ellos. Este proceso supone atestiguar los pensamientos.
Poco a poco, en la medida que nos volvemos maduros a la hora de observar los pensamientos, un día dejarán de abordarnos; estarán ahí, pero sin afectarnos o distraernos. Entonces estaremos en el momento presente. Lentamente, iremos entendiendo a la mente y sus juegos y comprendernos cómo somos atrapados por ella una y otra vez.
La meditación no intenta cambiar el mundo externo ni las actividades de la vida diaria, tiene como objetivo modificar la manera de hacer las cosas. Se trata de un viaje interior que cambia la calidad interna con la que actuamos.
La esencia de todas las técnicas de meditación es ser testigo y preguntarnos qué es lo que realmente somos y qué hacemos para encontrar de nuevo la conexión con nuestra verdadera naturaleza. A continuación verás algunas de ellas, aunque si ya estás sintiendo silencio, paz, una bella energía mediante la espontaneidad o creatividad, si encontraste relax y momentos de dejarte ir de una forma natural, entonces este es tu camino. Olvídate de las técnicas y sigue haciendo aquello que sientas cercano a tu corazón.
Consejos para acceder a la meditación:
- Mientras estás leyendo, observa cómo estás leyendo.
- Toma conciencia de cómo estás sentado (o tumbado o de pie). ¿Estás en una posición cómoda o tu cuerpo necesita algún ajuste para estar completamente relajado?
- Sé testigo de tu inspiración y exhalación, sin necesidad de cambiar nada. Observa si respiras por la boca o por la nariz, si se eleva más el abdomen o el pecho, fíjate sin esfuerzo en los detalles. Y luego observa el intervalo que existe entre ambas. Sólo pon la atención en esto.
- Atestigua los pensamientos, los deseos, las expectativas como un espectador, como si vieras escenas de una película; permíteles ir y venir, sin pausa o repetición o aferrarte a ninguna de ellas.
- Toma conciencia de todo lo que está sucediendo a tu alrededor, integrando los sonidos, los olores, la temperatura, cada pequeño detalle.
- Cuando sientas que estás en medio de un gran cortocircuito mental puedes decirte a ti mismo “esto es sólo la mente.” Sólo eso, sin juzgar, condenar o luchar contra ella.
- Si tienes un problema y puedes detectar qué es lo que está consumiendo toda tu energía en este momento (ira, celos, avaricia, miedo, etc.), señala tres veces que eso está ahí. Si es ‘ira’, por ejemplo, puedes decirte a ti mismo ” ira, ira, ira ‘. Esto ayuda a ver y entender que la ira está ahí, pero tú estás separado de ella.
Inspirado en discursos de Osho y Eckhart Tolle
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