Y es que todas las costumbres que encontramos en el folklore de los pueblos tienen una base real. Con el tiempo ciertos usos asociados a una determinada costumbre pueden distorsionarse pero la esencia sigue ahí, inalterable con el paso del tiempo.
A finales del siglo XIX, Louis Pasteur demuestra que el ajo es un antibiótico natural. Posteriormente, el doctor Arthur Stoll, bioquímico suizo, gana el Premio Nobel precisamente por descubrir la Aliína, sustancia de gran poder bactericida que resulta ser la sustancia activa del Alliun Sativum, o sea, del Ajo.
Al Ajo se le conoce como el bulbo mágico de la vitalidad, de la salud y de la protección. Es, como hemos dicho, uno de los mejores antibióticos y antisépticos que ofrece la naturaleza y llama la atención el que crezca debajo
de la tierra. Como todos los bulbos y demás plantas que crecen debajo de la tierra, tiene una conexión con las fuerzas telúricas impresionante. Se relacionan con los puntos energéticos que se encuentran en la planta de los pies y de ahí viene la costumbre de aplicar zumo o aceite de ajo en esa zona para combatir la fiebre y las infecciones. Ayuda a mantener el sistema inmunológico sano y fuerte.
Y como es adentro es afuera, si es capaz de aniquilar bacterias y virus, también es capaz de aniquilar cualquier energía nociva que se acerque a nosotros, sea esta de un vampiro, de un demonio o simplemente de un ataque energético.
Además de colocarlo en puertas y ventanas, la tradición mágica aconseja colocar un ajo macho fresco entre el colchón y la sábana, a la altura de la cabeza, para mejorar enfermedades bronquiales, gripes y catarros.
Las pieles del ajo tampoco se desperdician. Quemadas son buenas para eliminar las obsesiones, las neurosis y cualquier tipo de pensamiento obsesivo. Fumigando, las pieles del ajo son maravillosas para fortalecer el campo magnético y cuando pasamos una racha en que nos sentimos decaídos o hemos perdido la esperanza.
Otro gran secreto del ajo consiste en quemar las raíces de una cabeza completa en las noches de luna llena para cristalizar los deseos en la realidad.
Para uso medicinal, el ajo es altamente efectivo para combatir todo tipo de dolencias. Aquí enumero algunas de ellas pues son muy numerosas:
Circulación: especial para los trombos por la presencia de componentes sulfurosos y de la ya mencionada aliína. Es bueno tomarlo crudo en ensaladas o beber jugo de ajo.
Diurético: elimina líquidos corporales y es especialmente bueno para el reuma.
Bactericida: por sus compuestos ricos en azufre, combate procesos infecciosos del aparato respiratorio: gripe, bronquitis, faringitis y tos de origen bacteriano.
Anticancerígeno: la presencia de azufre y sus efectos antioxidantes parecen ser los responsables de la lucha contra la aparición de células cancerosas.
Alergias: su ingesta en forma de zumo ayuda a reducir las reacciones alérgicas producidas por el polen.
Picaduras de insectos, hongos o enfermedades de la piel: por sus propiedades bactericidas, es un eficaz desinfectante contra las mordeduras o picaduras de insectos y otras afecciones de la piel como hongos, pie de atleta, llagas, heridas y quemaduras.
Hablar de todas las propiedades del ajo convertiría este post en interminable. Unos últimos consejos antes de terminar sobre cómo elaborar algunos preparados con ajo.
Para hacer el Jugo de Ajo, aconsejo coger tres dientes (la cantidad dependerá de lo que quieras tratar) de ajo y machacarlos en un mortero. Le echas la mitad de la mitad de un vaso de agua, remueves y dejas macerar una hora. Usar esa mezcla para tratar picaduras, mordeduras, quemaduras y ampollas.
Para elaborar Aceite de Ajo, debéis dejar macerar durante tres semanas 7 ó 9 dientes de ajo sin machacar en medio litro. Para un litro, doblad la cantidad. Recordad, los ajos en número impar. Si machacáis los dientes, luego deberéis colar la mezcla. Este aceite es maravilloso para combatir el ardor de pies, los hongos como el pie de atleta, las varices (podéis daros una friega en las piernas) y para combatir los callos y las durezas.
Precaución: no debéis machacar un ajo y poner directamente sobre la piel pues se han dado casos de reacciones alérgicas y formación de ampollas. Para evitar eso precisamente elaboramos el jugo o el aceite. En cambio para quitar las verrugas, machacáis ajo y el emplaste os lo ponéis directamente sobre la verruga cuidando que no roce nada más.
http://www.maestroviejodespierta.com/2014/12/04/vania-los-prodigios-del-enigmatico-ajo/
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