El Universo se expande y se contrae. ¿Y qué es aquello que nunca cambia?
Los organismos nacen y desaparecen en el descanso profundo. ¿Y qué es aquello que nunca cambia?
El aliento entra y sale. ¿Y qué es aquello que nunca cambia?
Las estaciones se transforman en un abrir y cerrar de ojos. ¿Y qué es aquello que nunca cambia?
Lo experimentas todo: la risa y el llanto, la felicidad y el aburrimiento, todo el
conflicto de la existencia. ¿Y qué es aquello que nunca cambia?
Aquello que nunca cambia es la constancia del cambio. Siempre puedes contar con ello. El cambio es absolutamente confiable.
Y en el medio del inevitable cambio, ¿qué es aquello que nunca cambia? Eso que conoce al cambio como cambio. Eso que tiene la capacidad de reconocer al cambio. Eso que se da cuenta que el cambio no cambia con el cambio, de lo contrario no podría haber ningún reconocimiento del cambio. El reconocimiento, debido al contraste, es una expresión de la inteligencia infinita.
Estás presente, inmutable e inmóvil, nunca cambias con el cambio; eres la fascinación, el asombro y la admiración ante cada cambio que manifiesta la vida. De manera natural abrazas el cambio y, sin embargo, tú nunca cambias. El cambio no es tu enemigo, nunca, sino tu más fiel aliado y compañero. Esta es la razón de porqué tienes la posibilidad de experimentarlo.
Pensamientos, sensaciones, sentimientos. Galaxias moviéndose en la oscuridad, planetas girando alrededor de sus acostumbradas órbitas, las aves trinando canciones de alegría en la primavera, las cenizas de tu abuela esparcidas en el río jugueteando como un niño, sin saber lo que está por venir. Todo esto desbordándose de tu milenario corazón. No podrías nunca evitar toda esta creatividad.
Jeff Foster
(Traducido por Tarsila Murguía)
(Traducido por Tarsila Murguía)
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