27 de diciembre de 2014

El Síndrome de las Compras: Consumismo y consumopatía


La sociedad moderna nos sume cada vez más en una especie de torbellino del consumo a través de los más diversos mensajes que motivan a un comportamiento consumista. La posesión de tal o cual propiedad se convierte en una verdadera fuente de felicidad, muy fugaz, nunca está de más recordarlo, pues siempre existe un modelo más moderno, más funcional, más apetecible que el que tenemos nosotros. Consumir también es una forma de construir una identidad social aceptable y por supuesto, ir de compras es una de las terapias preferidas para controlar la ansiedad o la depresión o el estrés... en fin, cualquier excusa es buena. Pero... hay un punto donde comprar da una vuelta de tuerca y se convierte en una patología.

Hoy se escuchan nuevos términos: compra patológica y compulsiva, consumopatía o Síndrome de las Compras. Una mezcla explosiva entre los deseos y las debilidades personales y el impulso de adquisición que viene alimentado por la cultura donde se desenvuelve la persona. Aunque para ser honesta estos vocablos no son nuevos, Kraepelin comenzó a utilizarlos en el lejano 1915 para hacer referencia a la manía del comprar.

El shopping compulsivo es un verdadero malestar psicológico provocado por un

comportamiento caracterizado por las crisis de adquisición.

Usualmente este trastorno se mantiene oculto y sin diagnosticar hasta que los efectos a nivel psicológico o económico son verdaderamente catastróficos. Una dificultad esencial para su diagnóstico viene dada por las dificultades en deslindar la compra "normal" de la compra patológica ya que los criterios cuantitativos no resultan de gran ayuda.

Sin embargo, algunas características distintivas del Síndrome de las Compras son:

- Tendencia a comprar objetos inútiles.


- Adquisición de objetos que no se relacionan con los gustos de la persona.


- Compras que superan el poder adquisitivo.

Normalmente los artículos que se adquieren responden más a un deseo consciente de construirse una identidad a través de los objetos, por lo cual suele ser común que las personas tiendan a adquirir varios artículos de un mismo tipo, como si intentara organizar un rompecabezas interior. Así, las mujeres son más propensas a comprar vestidos y objetos de belleza mientras que los hombres adquieren vestuarios y artículos deportivos u objetos hipertecnológicos en la búsqueda de reafirmar cierto estatus social.

Una de las diferencias esenciales entre la adquisición normal y la patológica son las sensaciones que experimentan los compradores. En el momento de la compra las personas experimentan sentimientos contradictorios muy fuertes: una mezcla de deseo de adquisición e intentos de represión. Aunque se han descrito tres fases que vienen caracterizadas por sentimientos y comportamientos diversos:


1. En la primera fase se experimenta algo parecido a un estado hipnótico provocado por el producto. Las personas describen esta fase como una etapa de dudas, excitación y pérdida del control. En esencia, la persona se enfrenta al artículo, se siente fuertemente atraída hacia él y comienza a gestar la idea de comprarlo. A la misma vez surgen los intentos de represión del impulso de compra, las dudas sobre la factibilidad de adquirir el artículo hasta que...


2. La persona decide comprar el producto y se regodea con esta idea. La segunda fase se caracteriza por los sentimientos de bienestar y felicidad, una euforia provocada por la inminente adquisición.


3. La tercera fase está matizada por el sentimiento de culpa y la vergüenza. La persona se arrepiente de haber comprado y se percata que cedió una vez más a sus impulsos. La ilusión que le provocaba la adquisición se rompió y se enfrenta a su círculo vicioso: atracción-impulso-compra.


Este círculo vicioso se sustenta en tres categorías de malestar psicológico que se presentan contemporáneamente:


1. Dificultades en el control de los impulsos
2. Comportamientos obsesivos
3. Dependencia de una actividad


Como podrán percatarse los mecanismos del shopping compulsivo son bastante similares a aquellas características que muestran las personas que son presa fácil del juego patológico o de la cleptomanía. El comprador compulsivo siente una necesidad urgente por la adquisición que se mantiene presionando a nivel psicológico hasta que es satisfecha. Este comportamiento se repite, se hace cíclico y normalmente tiende a aumentar su incidencia, sobre todo cuando la persona enfrenta periodos de estrés. Pero sin lugar a dudas, la peculiaridad más difícil de eliminar es la adicción a la compra, la persona se hace dependiente de la adquisición, de la misma forma que podríamos observar cualquier otro tipo de dependencia. Así, también han sido descritos verdaderas crisis de abstinencia.

Desgraciadamente este trastorno viene alimentado por el consumismo propio de la cultura occidental y crece hasta llegar a adquirir proporciones verdaderamente grotescas. Algunos casos han sido entrevistados en los medios de comunicación italianos y españoles. Personas que han perdido todo debido a sus ansias incontroladas de comprar. Un libro reciente, muy instructivo y divertido (si no fuera real) es: “La sindrome dello Shopping” de Maria Francesca Venturo, una dependienta de una tienda de ropas en Roma que cuenta sus aventuras y desventuras con los más bizarros clientes. En resumen, que un pequeño examen de conciencia es necesario, no solo para no caer víctimas de la consumopatía sino también para no hacerle el juego al consumismo desmedido.




Fuentes:
Pallanti, S. & Koran, L., (1995) Disturbi del controllo degli impulsi NOS e SSRI: il Citalopram nel Pathological Gambling e Compulsive Shopping. Italian Journal of Psychopathology; 9: 1-9.
Christenson, G.A.; Faber, R.J. & De Zwaan, M. (1994) Compulsive buying: descriptive characteristics and psichiatric commorbility. Journal of Clinical Psychiatry; 55: 5-11.



http://www.rinconpsicologia.com/2010/01/el-sindrome-de-las-compras-consumismo-y.html

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