Aleluya.
Es decir, la historia de tu vida siempre será imperfecta. Esa es la naturaleza de una historia - siempre incompleta, siempre en busca de alguna conclusión, siempre supeditada al tiempo y al cambio.
En la película de tu vida, nada resultará de acuerdo a lo planeado. La gente nunca te entenderá. Malinterpretarán lo que dices, lo que haces y todo lo tergiversarán. Se formarán sus propias ideas y opiniones acerca de ti, independientemente de la claridad con la que trates de representarte. Tus éxitos se pueden tornar en fracasos. Tu abundancia podría convertirse en pobreza. Aquellos que te aman podrían dejarte. Los problemas que se van resolviendo podrían generar más problemas. No importa cuánto tengas, podrías dejar de tenerlo, o perder aún más. Las cosas nunca van a funcionar en la historia de 'mi vida'. E incluso si funcionan, sea lo que esto signifique para ti, seguirás estando aquí, en este momento, ahora. Este es el único lugar en donde las cosas podrán 'funcionar', si es que lo hacen.
En realidad, las cosas ya funcionaron, más allá de la historia. Porque en este
momento, en realidad, no hay ninguna meta, ninguna imagen de perfección, ninguna comparación, ningún 'debería' o 'no debería', y los pensamientos, las sensaciones, los sentimientos, los sonidos, los olores que aparecen aquí, son absolutamente apropiados, encajan perfectamente y son maravillosamente oportunos para este momento en la película de tu vida.
Sin un guión, ¿cómo es que las cosas podrían salirse del guión? Sin un plan, ¿cómo es que la vida no podría ir de acuerdo al plan? Sin un camino, ¿cómo es que las cosas podrían apartarse del camino?
Reconocer que tu vida jamás va a funcionar, y que jamás podría funcionar, y que nunca estuvo destinada a hacerlo, es el más grande de los alivios y te permite descansar reconociendo profundamente en lo sagrado de cada cosa, tal y como es. Tu vida podrá ser un perfecto desorden, pero es un imperfecto desorden perfectamente divino - una obra de arte sagrada, aunque de vez en cuando lo olvides.
La humillación se convierte en humildad en el espacio que hay entre un latido de tu corazón y otro, y lo único que te resta es caer de rodillas en gratitud por lo que se te ha dado, y por lo que aún no se te ha quitado.
- Jeff Foster, de su libro 'Falling In Love With Where You Are'
(Imagen: *in the nature… by Federica-Mansfield)
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