5 de diciembre de 2014

La Utopía, por Eduardo Galeano


LA UTOPÍA

Qué tal si deliramos por un ratito
qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para adivinar otro mundo posible.

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga
de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

En las calles los automóviles serán aplastados por los perros,
la gente no será manejada por el automóvil
ni será programada por el ordenador
ni será comprada por el supermercado
ni será tampoco mirada por el televisor.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas.

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega.

En ningún país irán presos los muchachos


que se nieguen a cumplir el servicio
sino los que quieran cumplirlo.

Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajaremos para vivir.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie nadie
tomará en serio a nadie
que no sea capaz
de tomarse el pelo.

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero.

La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio
porque la comida y la comunicación son derechos humanos.

Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestión.

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda.

En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés
y el 6to mandamiento ordenará festejar el cuerpo.

La iglesia dictará también otro mandamiento que se le había olvidado a Dios:
amarás a la naturaleza de la que formas parte.

Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar.

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.

Seremos imperfectos.
Porque la perfección seguirá siendo
el aburrido privilegio de los dioses
pero en este mundo,
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día
como si fuera el primero
y cada noche
como si fuera la última.

(Verlo en vídeo)
Gracias Eduardo Galeano por esta Maravilla

Fuente: youtube.com, www.cienciadelaarmonia.com.ar


http://www.periodicodecrecimientopersonal.com/la-utopia-por-eduardo-galeano/

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