Pero el caos puede ser realmente un gran sanador. A veces, la tormenta tiene que soplar, la tempestad necesita expresarse. A veces, las fuertes energías necesitan moverse y ser sentidas plenamente. A veces, los sentimientos necesitan volverse más intensos antes de que se disipen. A veces, los corazones necesitan romperse abiertamente. Algunas veces, los viejos y caducos sueños tienen que derrumbarse para dar paso algo nuevo e inesperado. A veces, las relaciones tienen que cambiar, un viejo sentido del yo necesita morir, las estructuras familiares necesitan derrumbarse, incluso cuando la mente desee que todo siga igual.
Estamos sumidos en el caos y en el desorden de no saber porqué, quién o qué diablos somos, buscando desesperadamente algo a qué aferrarnos - nos sentimos desamparados y buscamos nuestro hogar. Pero la tormenta contiene
una poderosa invitación a ser presencia, a estar realmente en casa. El caos nos invita a recordar la verdadera fuente del inquebrantable poder y orden - nosotros mismos.
NO BUSQUES FUERA DE TI LA FELICIDAD, el fuelle de la tormenta. Sufrirás hasta que comprendas esto, y después sufrirás cada vez que lo olvides, y así el sufrimiento se convierte en una campana de meditación dentro de la tormenta, parte de una ingeniosa invitación de la vida.
Jeff Foster
(Traducido por Tarsila Murguía)
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