13 de abril de 2014

VIDA ENTRE VIDAS. O CUÁN AGRADABLE ES EL MÁS ALLÁ.




Dicen los que estudian estas cosas que las personas que contemplan la muerte y reflexionan sobre ella conceden gran importancia al crecimiento interior y al cuidado de las relaciones comunitarias. Además, están mejor capacitadas que el resto para descubrir y rechazar imposiciones sociales tales como la persecución de fama y riquezas a la manera de alicientes que otorgan sentido a la vida.

En verdad, todo un peligro. Si tales personas fuesen mayoría, la estructura social imperante se desmoronaría sin necesidad de acampadas masivas de protesta. Aunque hay un aspecto a tener en cuenta. El afianzamiento de los criterios citados no implica necesariamente, como pudiera parecer, una tendencia hacia el bien en el sentido comúnmente aceptado de paz y amor. Todo depende de los valores patrocinados por la comunidad a la que se adhiere el individuo. Se podría decir que, sencillamente, todo se relativiza. Bien y Mal sólo parecen ser absolutos en las pobres mentes de los humanos…

Pero este no es el asunto a abordar, así que dejémoslo como una mera anécdota introductoria. Siendo la muerte un hecho normal, el más normal y común de todos, resulta curioso que las sociedades supuestamente más evolucionadas deban eliminar todo rastro y pensamiento sobre ella para continuar con lo que se considera una vida “normal” basada exclusivamente en el éxito sobre las cosas materiales.

El gran problema de inicio quizás sea la incapacidad de asumir que somos seres espirituales experimentando el mundo físico, y no al revés. Además de los estudios de doctores como Raymond Moody o Elizabeth Kubler-Ross sobre las experiencias más allá del cuerpo experimentadas por pacientes

que, tras un tiempo de muerte clínica, han regresado a la vida, existe otro tipo de estudios basados en las técnicas regresivas de hipnosis que cobraron gran popularidad con los testimonios recogidos por gente como Michael Newton o Brian Weiss.

La diferencia con respecto a las experiencias de muerte clínica es que las memorias en estado de hipnosis no se refieren a una excursión temporal al más allá mientras el sujeto es recuperado por los médicos, sino que describen el estado permanente tras la muerte física definitiva.

Según cuenta Michael Newton en su libro Vida entre vidas, cuando un sujeto es inducido a un estado de trance, las ondas de su cerebro aminoran su ritmo de vibración desde el estado beta de consciencia al estado theta o hipnótico, pasando previamente por los estados alfa de la meditación y delta del sueño. En un estado de trance, la persona puede rememorar no sólo supuestas vidas pasadas, sino el periodo entre ellas, aquel en que se interna en el mundo de los espíritus.

"El momento de la muerte es el periodo de una vida en el que somos más fácilmente conscientes de nuestro propio espíritu, puesto que podemos sentir que nuestra alma está conectada con la eternidad de los tiempos.

Mis clientes dicen que, después de recordar experiencias de muertes anteriores, están tan llenos de una nueva sensación de libertad que acaban de redescubrir al salir de sus cuerpos que están deseando empezar el viaje espiritual que les conducirá a un lugar de paz y familiaridad."



Esto se explica porque, en el trance regresivo, el individuo ha superado las barreras no sólo conscientes, sino incluso subconscientes.

La terminología utilizada por estos psicólogos para dividir la mente humana describe una capa consciente, a la que sigue la capa subconsciente, donde se almacena la información de esta vida y de otras vidas. Esto no es necesariamente una cuestión de creencias en la reencarnación, sino de hechos, puesto que estamos hablando del recuerdo genético, la información que se transmite de una generación a otra a través del ADN, caso de todos los aspectos relacionados con la supervivencia, y que está a disposición del cerebro en ese almacén subconsciente.

Se describe una tercera capa, la mente superconsciente, donde se aloja el centro más profundo del ser. Llegar a él exige, por tanto, desprenderse de todo, absolutamente todo lo aprendido, no sólo de lo que está en el consciente, sino que también hay que traspasar el territorio de lo subconsciente ajeno al control del individuo. El subconsciente alberga lo que Jung denominó arquetipos y las tradiciones espirituales fuerzas universales. La interacción de tales elementos externos conforma lo que solemos entender por Yo, un producto de causas y efectos en una cadena interminable donde se mezclan determinaciones y probabilidades, y que la mente transforma en ilusiones opuestas de destino y libre albedrío.

Despiezar el Yo en las diferentes fuerzas que lo conforman es la realización efectiva de lo que comúnmente se referencia en términos abstractos como desvanecimiento del ego, un paso necesario para ir, literalmente, al más allá. Pero el hombre moderno está tan apegado a los sentidos que el pensamiento y las emociones derivadas de ellos otorgan una solidez infranqueable a los muros del tejido espacio-temporal. La cárcel del alma.

Al morir el cuerpo físico, ésta se libera y el sujeto accede al reconocimiento absoluto de sí mismo.
Primeros momentos

Hay que tener en cuenta que las primeras percepciones del alma en el mundo espiritual parecen ser proyecciones benevolentes que permiten que el tránsito desde la vida en la Tierra se produzca en un ambiente de familiaridad, con experiencias sensoriales que animan al sujeto. Es así que se explicaría por qué el más allá parece, a veces, una réplica etérea de nuestra realidad."Nuestros recuerdos terrenales nunca mueren; permanecen para siempre en nuestra alma-mente como murmullos de sueños míticos al igual que las imágenes del mundo espiritual quedan en la mente humana."


Un fenómeno común es el reencuentro con los familiares y personas queridas que siempre están allí para recibirnos a la entrada. Los testimonios explican que estas personas pueden estar viviendo ya en otro cuerpo cuando nos reciben, pero se trata de la parte conectada al mundo espiritual la que acude al encuentro. Quienes estén familiarizados con los diferentes cuerpos que describen las tradiciones esotéricas lo captarán enseguida. La existencia “real”, el “Yo superior”, siempre es en el mundo espiritual. Las encarnaciones son proyecciones de cuerpos inferiores.

Estos reencuentros que tienen lugar son el preludio a la incorporación del alma, en la siguiente fase de su recorrido por el mundo de los espíritus, a un grupo de entidades que comparten un mismo grado de desarrollo y con las cuales comparte un proceso de aprendizaje y evolución.

No se trata el mismo grupo que el comité de recepción. Éste puede incluir almas de diferentes grupos que acuden para facilitar el tránsito porque son entidades con las que se ha mantenido una cercanía durante las encarnaciones. Pero, una vez cumplida su función de bienvenida, regresan a su verdadero grupo de aprendizaje.

El comité de recepción busca que el alma se adapte a su nueva existencia mientras recupera todo el conocimiento sobre sí misma, pues aún le dura la amnesia que impera en la vida física y que elimina todo rastro de conocimiento espiritual. El número de los que acuden a ayudarla varía según el nivel de desarrollo del alma, y se ve reducido a la nada para aquellas más avanzadas que no necesitan ningún tipo de consuelo espiritual, como si supieran dónde tienen que ir y a qué grupo incorporarse.

Ese tiempo de adaptación, además del nivel evolutivo, también depende de las circunstancias de la muerte y la fuerza de los lazos con lo terrenal. Si el alma está traumatizada por haber dejado asuntos sin acabar, la primera entidad con que se encuentra es el guía, un ser avanzado capaz de paliar la frustración provocada por el impacto de una muerte repentina.
Recuperación y progreso

Tras la bienvenida, el alma pasa a una fase “de curación”, que se describe como una bruma purificadora, una especie de baño de energía que restablece la esencia del alma después de su exposición en la Tierra. Cada cuerpo deja huellas en el alma que lo ocupa que se presentan como ataduras a la vida encarnada. Según el testimonio de uno de los sujetos del estudio de Michael Newton:
"Yo he tenido algunos cuerpos de los que no he podido librarme del todo. Incluso cuando te has liberado de ellos conservas algunos de los recuerdos más importantes de ciertas vidas."


El alma, una vez recuperada, asiste, junto a su guía, a un resumen de la vida que acaba de finalizar. “Se juzga la actuación de cada uno conforme a la manera en que cada individuo interpreta y actúa en el papel que le toca vivir”.

Cuando termina la entrevista con el guía espiritual, el alma se dirige a una especie de terminal central, a modo de “área de recepción”, desde donde se la dirige a su destino, el grupo de almas afines.

Estos grupos varían de tres a veinticinco almas, siendo lo habitual quince entidades. Es el círculo interior, y se relaciona con otros grupos a manera de contactos secundarios, lo cual se traduce en relaciones periféricas durante la vida en la Tierra.

Los miembros de un mismo grupo están íntimamente unidos durante toda la eternidad, con objetivos y pensamientos comunes. Lo que aquí ocurre es descrito de una manera muy “terrenal”, al estilo de escuelas y centros de aprendizaje donde las almas comparten experiencias y revisan las decisiones que realizaron en vida y las opciones alternativas que no tomaron.

Esto refleja la dificultad que tienen los hipnotizados para trasladar a términos concretos las experiencias espirituales:
"Cada persona traslada las condiciones espirituales de naturaleza abstracta que allí experimenta a símbolos que él interpreta y tienen un significado propio para cada sujeto. A veces mis clientes no creen en lo que han visto la primera vez que les conduzco al mundo espiritual. Esto ocurre porque la parte crítica de su mente consciente no ha dejado de enviarle mensajes. Las personas en trance pronto se adaptan a lo que su mente inconsciente está grabando."


El ritmo de aprendizaje varía entre los miembros de un mismo grupo. Cuando adquieren un cierto nivel de desarrollo, pasan a formar otro grupo con almas en su misma situación, pero dentro de la misma comunidad. El contacto entre los miembros del grupo nunca se pierde.

Las almas muy avanzadas no tienen la necesidad de volver a la Tierra, pero existe un grupo de ellas, los “Sabios”, que tomaron la decisión de encarnar para velar por la Tierra y vigilar lo que ocurre. Más allá de los Sabios están los Ancianos, las entidades de las que emana la sabiduría más elevada. Representan los aspectos más puros del pensamiento.

Finalmente, tarde o temprano llega un momento en que toda alma, salvo la de los Sabios, claro está, debe abandonar el santuario del mundo espiritual y regresar a la Tierra. 
"Una vez que regresan al mundo espiritual, las almas ven con recelo el dejar aunque sea temporalmente su mundo de autocomprensión, camaradería y compasión para ir a un ambiente planetario lleno de incertidumbre y miedo causado por humanos agresivos y competitivos. A pesar de tener familia y amigos en la Tierra, muchas almas reencarnadas se sienten solas y anónimas en las grandes e impersonales poblaciones humanas."

Planificación

Cuando un alma está preparada para reencarnar, se procede a la selección del lugar, momento y cuerpo en que se producirá. La situación cultural y los acontecimientos de los diferentes periodos tienen muchísima importancia para la evolución de cada alma.
"Mientras que otros lugares son muy difíciles de describir para mis clientes, la mayoría disfruta hablando del lugar de la selección de las vidas, y todos utilizan términos asombrosamente parecidos. Me cuentan que se parece a un cine en el que las almas pueden verse representando distintos papeles en ambientes diferentes. Antes de irse las almas habrán elegido un escenario para la nueva vida.

[...]

Me sorprendió el hecho de que mis clientes no pudieran ver el futuro completo bajo estas condiciones, como parte de un ambiente omnisciente. Al intentar aclararlo llegué a la conclusión final de que el mundo espiritual está diseñado para proteger los intereses de todas las almas. Generalmente las personas con las que yo trabajo son todavía almas jóvenes. Pueden no ver claramente los sucesos significativos de un futuro algo lejano porque cuanto más se alejen de las probabilidades inmediatas, mayor será el número de realidades alternativas que nublen sus imágenes. Aunque las mismas propiedades debieran aplicarse al pasado, hay una diferencia. Las vidas pasadas de un alma se pueden identificar más fácilmente porque se había establecido previamente una realidad única para esa alma, con un curso de vida definido, y por lo tanto marcado así en la memoria.

[...]

Sin saber por qué, la mayor parte de la gente cree que su vida está sometida a un plan previo. Y por supuesto, tienen razón. Aunque la amnesia impide que seamos totalmente conscientes de este plan, el subconsciente esconde la llave de los recuerdos de nuestra alma sobre los guiones de cada vida."



La selección depende del grado de dificultad que se imponga el alma a sí misma.


"Si acabamos de terminar una vida fácil en la que hemos progresado poco, el alma probablemente decida elegir para el próximo ciclo una persona que tenga que enfrentarse al dolor y a la tragedia. No es extraordinario ver a alguien que pasa tranquilamente por una vida y se sobrecarga de actividad en la siguiente para adelantar en el aprendizaje."



El objetivo final en la Tierra es que la persona comprenda los motivos del espíritu, y según la configuración del cuerpo y sus circunstancias la dificultad varía a la hora de controlar los sentidos y las emociones. Según la fuerza de estos, la capacidad del alma para controlar su cuerpo se hace más o menos efectiva. Si el alma se ve anulada por el poder de lo físico, las energías descienden, y con ellas la posibilidad de responder al propósito vital.
El cuerpo físico



El alma encarnada está así sometida a las necesidades biológicas y a la presión de los estímulos ambientales, pudiendo no adaptarse para controlar el cuerpo que la contiene. Sólo desarrollando un eficaz dominio sobre estos aspectos, el auténtico ser puede hacerse con las riendas de la vida. Si no, el hombre no es más que un cuerpo físico manejado por las circunstancias de la materia, es decir, un organismo “sin alma”.
"Los impulsos destructores de desórdenes emocionales, si no se tratan, pueden impedir el desarrollo del alma. Aquellos que hemos experimentado un trauma personal no resuelto en nuestras vidas llevamos la semilla de la destrucción en nosotros mismos. Esta angustia afecta a nuestra alma de tal manera que parece que no estamos completos. Por ejemplo, una conducta caprichosa y adictiva en exceso, que es el resultado del dolor personal, inhibe la expresión de un alma sana y puede incluso atraparla dentro del cuerpo que la alberga."


La disposición genética es fundamental para facilitar o complicar el desarrollo del alma y su capacidad para superar las imperfecciones como ser humano. Cada cuerpo presenta unos retos diferentes con los que debe aprender a desenvolverse. El alma decide en función de su necesidad de aprendizaje.
"La clave para el desarrollo del alma es que comprendamos que tenemos la capacidad de hacer correcciones en nuestra vida y que tengamos el coraje de hacerlas cuando la vida que estamos llevando no funciona. Si vencemos el miedo y nos arriesgamos, nuestra pauta kármica se reajusta para adaptarse a los nuevos cambios." Las que siguen mostrando actitudes negativas a lo largo de su vida en un cuerpo deben superar esas dificultades haciendo un esfuerzo continuo para cambiar.
El alma-mente está muy lejos de ser infalible cuando funciona conjuntamente con el cerebro biológico. Ser humano significa cometer errores y realizar correcciones en la vida, sin que importe el nivel de desarrollo de un alma.
El sentido de la vida

Frente a la idea extendida de que el proceso kármico responde a deudas en la misma forma en que se paga un castigo o ciertos errores, Newton recoge datos que muestran otras explicaciones.
"Es muy difícil decir a una persona que acaba de sufrir un accidente e intenta aceptar una nueva situación física de discapacidad que ésta puede ser una buena oportunidad para desarrollarse con más rapidez que aquellos que tienen un cuerpo o una mente sanos. Esto debe descubrirlo uno mismo. Los casos que he estudiado me han convencido de que el esfuerzo necesario para superar un impedimento físico de este tipo acelera mucho el aprendizaje. A aquellos a los que la sociedad tacha de imperfectos sufren discriminación y eso se convierte en un algo mucho más difícil de sobrellevar. Superar estos obstáculos nos hace mucho más fuertes para la lucha.

[...]

Superando estos retos el alma se fortifica. Pero esta fuerza no debe ser malentendida. Mis clientes dicen que las verdaderas lecciones de la vida se aprenden reconociendo y adaptándose al hecho de ser humano. Incluso cuando somos víctimas nos beneficiamos puesto que es la superación del fracaso y el dolor lo que marca nuestro progreso en la vida. A veces una de las lecciones más difíciles de aprender es simplemente la de olvidar el pasado."



Aunque el aspecto físico tiene un papel importante, los rasgos psicológicos parecen componer un condicionante de más relevancia a la hora de elegir una vida humana. El alma tiene que valorar los aspectos hereditarios y ambientales que afectan al funcionamiento del cuerpo. 
"Creo que las almas demuestran su personalidad en los cuerpos que habitan y ejercen una gran influencia sobre ellos. Sin embargo, llegar a rápidas conclusiones sobre la madurez de un alma basándonos únicamente en su comportamiento es muy arriesgado. A veces, un alma avanzada puede seleccionar un rasgo negativo en un cierto cuerpo por motivos de aprendizaje."
Los traumas infantiles son una barrera muy difícil para el descubrimiento de nuestra propia identidad. Las almas que encarnan en personalidades con problemas durante la infancia parecen buscar deliberadamente una vida muy difícil.

"A mucha gente le cuesta aceptar la idea de que todos nosotros acordamos voluntariamente ser los hijos de unos padres determinados antes de venir a esta vida. Aunque una persona normal experimenta el amor de sus padres, muchos de nosotros tenemos recuerdos tristes de aquellos que estaban cercanos a nosotros y no nos ofrecieron la protección debida. Crecemos pensando que somos víctimas de nuestros padres biológicos y el resto de los miembros de la familia que hemos heredado sin opción ninguna por nuestra parte. Esta presuposición es errónea.

Cuando mis clientes me dicen cuánto han sufrido por las acciones de miembros de su familia, mi primera pregunta es la siguiente: “Si no hubieras estado expuesto a esa persona en tu niñez ¿Qué te faltaría ahora?” Podemos tardar un poco pero la respuesta siempre viene a nuestra mente. Hay razones espirituales por las que crecemos con cierto tipo de gente, del mismo modo que hay ciertas personas designadas para estar cerca de nosotros cuando somos adultos.

Conocernos espiritualmente significa comprender por qué nos hemos unido en una vida con las almas de nuestros padres, hermanos, cónyuges y amigos. Siempre hay un motivo kármico por el que recibimos dolor o placer de alguien cercano a nosotros. Hay que recordar que, además de para aprender, venimos a la Tierra para representar nuestro papel también en la vida de otras personas."

Compañeros espirituales

Durante la fase de planificación, además de los lugares y circunstancias, también se acuerda la relación que existirá entre las almas del grupo y los encuentros con otros grupos que serán necesarios en ciertas etapas clave para el propósito vital de cada cual. Newton distingue diferentes tipos de relación entre almas en la Tierra.

"La primera es la del tipo de relación en la que existe un amor tan profundo que ambas personas no podrían vivir separadas. Esta es una atracción física y mental tan fuerte que ninguno de los dos miembros duda que están hechos el uno para el otro. La segunda es una relación basada en el compañerismo, la amistad y el respeto mutuo. La última está formada por las asociaciones con personas menos unidas a nosotros pero que forman un ingrediente importante en nuestra vida. Basándonos en esto, vemos que un alma compañera puede relacionarse de varias formas con nosotros, pero aun así, nunca es por casualidad.

[...]

Conectar con seres que conocemos en el mundo espiritual, escondidos bajo todo tipo de disfraces físicos puede resultar una experiencia armoniosa o frustrante. La lección que debemos aprender en las relaciones humanas es la de aceptar a las personas por lo que son sin esperar que nuestra felicidad dependa totalmente de ellas. He tenido clientes que han acudido a mí asumiendo que no están con un alma compañera por la cantidad de problemas y sufrimiento que había en sus matrimonios. No se dan cuenta de que las lecciones kármicas a veces fijan unas metas muy difíciles y que las experiencias dolorosas con respecto al amor son premeditados exámenes que la vida nos presenta. Frecuentemente éstos son los más duros."



Los encuentros se ven dificultados, no obstante, por la amnesia de la consciencia, de forma que no es difícil equivocar las señales y perder contactos que debían ser decisivos en el propósito vital. Los caminos alternativos también ofrecen opciones de aprendizaje, aunque no tan eficaces como el camino principal que había sido marcado antes de encarnar.
Amnesia

El olvido de las vidas pasadas y de la existencia espiritual se explica, siempre según los testimonios bajo hipnosis, porque el aprendizaje sobre una tabla rasa es más eficaz que conocer de antemano lo que podría sucederte a causa de tu pasado. Además, se evita desatender el presente por estar más atento al pasado, como actuar con intenciones vengativas o no intentar soluciones diferentes ante sucesos similares.

Sin embargo, el olvido no es completo. Se reciben intuiciones durante el sueño y ciertos momentos de crisis. La mente superconsciente alberga los propósitos de vida para los cuales el alma ha encarnado.
 “Cuando llega el momento apropiado debemos armonizar nuestras necesidades materiales con el propósito que el alma se marcó para vivir esta vida”.
Resulta revelador de la amnesia de la consciencia que la mayoría de las personas de las sociedades más desarrolladas no están a gusto con sus cuerpos al haberse dejado arrastrar por los estereotipos impuestos. Y esto parece entrañar graves consecuencias…

Uno de los peligros a los que se enfrenta un alma que acaba abrumada por las emociones humanas es que, tras morir el cuerpo, puede ser un alma “contaminada”. Si se obsesiona con el cuerpo físico o vive una vida demasiado accidentada, el alma puede llegar a ser alterada y su reincorporación al mundo espiritual dificultada. Aquí entraríamos en asuntos de “fantasmas”, pero dejaremos que esas historias las explique Newton en el video adjunto.

El trauma es significativo cuando, por las características particulares de un cuerpo, la persona se ve imposibilitada para desarrollar la vida que quisiera o alcanzar unos objetivos determinados. Esta frustración y la necesidad de encararla también forman parte el plan de aprendizaje de las almas.

El objetivo final de toda vida es reconocer los propósitos del espíritu y lograr la capacidad de responder a ellos por encima de las trabas físicas y psicológicas.
"Nosotros somos seres divinos pero imperfectos que existimos en dos mundos: el material y el espiritual. Nuestro destino es viajar de uno a otro a través del espacio y el tiempo mientras aprendemos a dominarnos a nosotros mismos y adquirimos sabiduría. Debemos confiar en este proceso y tener paciencia y determinación. Nuestra esencia no se muestra completa en ninguno de los cuerpos físicos pero nunca se pierde porque permanece siempre conectada con ambos mundos."
Las experiencias descritas por Newton se asemejan a muchas leyendas y tradiciones ancestrales. Una de ellas es la historia del ángel del olvido, quien toca la frente del alma para que ésta pueda observar las posibilidades de su próxima vida.

Tras conocer los detalles, el ángel le toca el labio superior y el alma olvida todo lo visto. Entonces, está lista para nacer.

Dicen que no hay errores y que todo marcha según lo previsto. Pero nunca se sabe…




–Entrevista a Michael Newton:




http://www.erraticario.com/mente/vida-entre-vidas-o-cuan-agradable-es-el-mas-alla/?singlepage=1

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