Muchas son las personas con las que nos cruzamos a diario, algunas nos simpatizan, otras nos parecen molestas o ridículas; a la mayoría ni siquiera las registramos. Sin embargo, todos son nuestros semejantes, todos estamos embarcados en el mismo viaje, todos somos compañeros en la aventura de la vida. Podemos necesitar de ellos en cualquier esquina. Ellos pueden precisar de nuestra ayuda en este mismo momento. ¿Estaríamos dispuestos a darla?
La palabra prójimo, significa, próximo. En esa proximidad está el desafío de la comprensión, de la solidaridad y del amor. Es fácil hablar del amor universal, pero ese amor se concreta sólo en el amor al prójimo. Preguntémonos, cuánto aceptamos y cuánto amamos a nuestros familiares más cercanos, cuánto comprendemos y apoyamos a nuestros compañeros de trabajo, cuán solidarios somos con nuestros vecinos. Preguntémonos qué hacemos frente a la proximidad del careciente, del marginado, del subestimado, de los que sufren todo tipo de miserias, de los que nos necesitan.
Comprender al prójimo, no es entenderlo; comprender, es hacer por él, lo
que el otro no puede hacer por sí mismo. Hacer por él, lo que estaríamos dispuestos a hacer por nosotros. Lo que esperamos que los otros hicieran por nosotros.
La compasión nace de la comprensión. La comprensión de mis propios límites, me lleva a aceptar los límites de los demás. La comprensión de mis propias posibilidades, me lleva a descubrir las posibilidades de quienes me rodean. La comprensión de que ese Dios , esa energía divina, que es la misma en todos y para todos, me permite abrirle caminos al otro, que también camina, lo sepa o no, de la mano de esa misma fuerza divina y creadora.
Comprender al prójimo, no es entenderlo; comprender, es hacer por él, lo
que el otro no puede hacer por sí mismo. Hacer por él, lo que estaríamos dispuestos a hacer por nosotros. Lo que esperamos que los otros hicieran por nosotros.
La compasión nace de la comprensión. La comprensión de mis propios límites, me lleva a aceptar los límites de los demás. La comprensión de mis propias posibilidades, me lleva a descubrir las posibilidades de quienes me rodean. La comprensión de que ese Dios , esa energía divina, que es la misma en todos y para todos, me permite abrirle caminos al otro, que también camina, lo sepa o no, de la mano de esa misma fuerza divina y creadora.
http://www.infobae.com/2014/04/19/1558292-queres-vivir-pasion-tu-vida
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