28 de diciembre de 2013

La guerra de la semilla y del agua: las privatizaciones.


LA GUERRA DE LA SEMILLA.

"No es justo que los agricultores guarden sus semillas porque nos están robando. Porque podríamos estar ganando un montón de dinero”. Y así es como piensan las empresas hoy en día. Cuando la naturaleza nos da una semilla no nos cobra un alquiler. Cuando voy a recolecciones de semillas con agricultores, la comparten gratuitamente"

"Para poder definir la semilla como su propiedad, las empresas se dieron cuenta de que primero tenían que modificarla un poco. Y por eso crearon la ingeniería genética y los transgénicos. Así cogen un gen de una bacteria, lo introducen en una planta, y dicen: "Ahora hemos creado algo nuevo. Somos creadores, y por tanto, dueños”.

"Es una cuestión que atañe a los que comemos, y todos tenemos que comer. Si hay una dictadura de la semilla, entonces los consumidores no tenemos la opción de comer comida sana."

Dra. Vandana Shiva: Física y filósofa, activista defensora de la tierra, del campo, de los valores indígenas.




Creación está pasando constantemente. La semilla es la encarnación de esa creación continua. En la semilla está el árbol entero. Y no solo una planta, cientos y miles. Pero más importante aún, no sólo son plantas para la próxima generación sino por siempre. Porque de la semilla viene la semilla hasta el
infinito…

En nuestro idioma, hindi, llamamos a la semilla "Bija”. "Ja” es vida. "Bija” es "aquello en lo que la vida surge por su cuenta para siempre”. Cuando plantamos una semilla decimos una pequeña oración: "Haz de esta semilla algo inagotable”

Así que las dos características intrínsecas de la semilla son:

1. Regenerarse

2. Multiplicarse


Así que en la naturaleza de la semilla está el nunca agotarse. Es así como la naturaleza ha constantemente creado lo suficiente para las necesidades de las personas y para el futuro. Y no ha habido diferencia alguna entre las semillas y grano que comemos y las que guardamos para plantar en el futuro, en la agricultura ecológica.

Mientras la agricultura se ha realizado con esta intención, alimentarnos, disfrutar los sabores, como formas de vida agrícolas, así ha funcionado: se cultivaba la cosecha, se guardaba una parte, se comía el resto y se tenía alimento continuamente. Pero hace unas décadas las grandes compañías que han creado químicos, los químicos que fueron usados para la guerra que después fueron utilizados en agricultura (Pesticidas, herbicidas…) empezaron a introducirse en el sector de las semillas. Y dijeron: "No es justo que los agricultores guarden sus semillas porque nos están robando. Porque podríamos estar ganando un montón de dinero”.

Y así es como piensan las empresas hoy en día. Primero piensan en cómo pueden ganar dinero, y si no lo ganan lo definen como un "robo”. Les daré un ejemplo: Canadá no quería vender su agua, una compañía quería comprar agua y venderla en California. Canadá dijo "Pero, no queremos venderla”. Ellos demandaron al país. Denunciaron al gobierno de British Columbia diciendo "Nos estáis robando nuestros beneficios”. Estas empresas químicas hicieron lo mismo con las semillas. Dijeron: "Tenemos que tener leyes que impidan a los agricultores guardar su semilla”.

Normalmente cuando se intenta introducir un concepto tan disparatado en la sociedad, se inventa una palabra rimbombante para acompañarla, y lo llamaron "derechos de propiedad intelectual” y dijeron que la semilla es su propiedad intelectual. Para poder definir la semilla como su propiedad, las empresas se dieron cuenta de que primero tenían que modificarla un poco. Y por eso crearon la ingeniería genética y los transgénicos. Así cogen un gen de una bacteria, lo introducen en una planta, y dicen: "Ahora hemos creado algo nuevo. Somos creadores, y por tanto, dueños”.

La fertilidad de la semilla viene de la polinización, para que exista la siguiente generación de semilla tiene que haber fertilización. Y la fertilización es comunicación, es un bien común, tiene que ser compartido. Pero al declararla "propiedad intelectual”, compartir se convierte en un crimen, conservar se convierte en un crimen. La ingeniería genética surgió pues, por el deseo de patentar. La patente significa que nadie más puede utilizar, fabricar, producir, distribuir lo que se ha patentado. Las patentes están asociadas con el cobro de "royalties”. Igual que la gente cobra alquileres por las casas, Monsanto cobra alquileres por la siguiente generación de plantas.

El resultado de todo esto es que hoy Monsanto, una sola empresa, controla el 95 por ciento de la semilla de soja transgénica vendida en cualquier parte del mundo. Debido a que quieren vender semillas de las que quieren comprar "royalties”, están extendiendo estas semillas por todas partes. Existen ahora mismo solo cuatro tipos de cultivos que se están extendiendo: maíz, canola, soja y algodón. India solía tener doscientas mil variedades de arroz, mil quinientas variedades de mango, cientos de miles de variedades de plátano. Toda esa diversidad está desapareciendo porque está siendo sustituida por maíz y soja, maíz y soja. Ya que la idea tras la ingeniería genética era ser propietarios de las semillas, y la vida, ahora las empresas ya no tienen que utilizar el argumento de que han inventado una planta, se están haciendo directamente de la propiedad de las plantas.

Estas multinacionales están comprando todas las pequeñas empresas locales que venden semillas, de modo que hay un monopolio de cinco compañías que controlan todo el suministro de semillas en el mundo. La semilla significa alimento: cuando controlas la semilla, controlas el alimento. Como esto es ahora una cuestión de beneficios, ¡Alguien tiene que pagarlos!

Cuando la naturaleza nos da una semilla no nos cobra un alquiler. Cuando voy a recolecciones de semillas con agricultores, la comparten gratuitamente. Así que la semilla que pertenecía a los agricultores y a las comunidades es ahora propiedad por la cual el agricultor debe pagar "royalties” a las empresas. Y en condiciones como en la India, si un agricultor que tiene que pagar diez veces más por la semilla, y además cada año, porque en lugar de renovarse, ahora han hecho que la semilla sea no renovable, los agricultores son obligados a endeudarse. Doscientos mil agricultores indios se han suicidado porque estaban sumergidos en deudas debido a estos monopolios de semillas.
Así pues todo el tema de la semilla es importante por muchos motivos:
1. Creo que es el trabajo medio ambiental más importante, la protección de la biodiversidad, pero como la vas a proteger si no tienes las semillas de biodiversidad.

2. Para los agricultores y el medio rural: si no tienen acceso a las semillas como propiedad pública comunitaria, ya no tendremos pequeños agricultores. Así que proteger la agricultura pasa por proteger a la semilla.


3. Y finalmente es una cuestión que atañe a los que comemos, y todos tenemos que comer. Si hay una dictadura de la semilla, entonces los consumidores no tenemos la opción de comer comida sana. Porque las semillas no renovables son tóxicas, están limitadas en cuanto a diversidad.

La semilla es la fuente de fertilidad. Ahora se está haciendo estéril. La oración que rezábamos al plantar la semilla "Haz que esta semilla sea inagotable”, se ha transformado en una oración corporativa, "Haz que esta semilla se agote cada año para que mis beneficios sean inagotables”.

Los beneficios de Monsanto se multiplicaron el año pasado, en medio de la crisis de alimentos.Incrementaron en cien dólares el precio del saco de maíz. Hasta ahora controlan, como les decía, cuatro cultivos de forma total. Pero quieren controlarlos todos. Si no hemos guardado las semillas de los otros cultivos, estaremos no solo en la dictadura de la semilla sino que aún peor, sufriremos desastres a gran escala porque no son lo bastante listos como para inventar semillas para un clima cambiante, ni para toda la diversidad de climas que hay en el mundo. Así que no podemos permitirnos que la semilla se vea reducida a un monocultivo y un monopolio. Tenemos que mantener su diversidad y descentralizarla, que esté en manos de la gente.

LA GUERRA DEL AGUA.

“Qué, ¿acaso no toman agua ustedes?” les gritaban las bolivianas a los militares y policías: “Acaso no han crecido en las barrigas de sus madres dentro de una bolsa de agua?”, “El agua es nuestra, el agua es sagrada, el agua es la vida”.




El conflicto generado por la privatización del agua en Cochabamba (la tercera ciudad más grande de Bolivia), el 2000, es un caso emblemático que ejemplifica muy claramente los procesos de privatización del agua:

“De pronto llegamos a nuestra toma de Tiquipaya y estaba con soldados, resulta que ya no podíamos acceder a nuestra fuente que había sido nuestra desde siempre, desde antes de nuestros abuelos… Nos estaban prohibiendo el derecho al agua y a la vida. Eso no podía ser.” (Vicky, Regante de Tiquipaya).

“Mi factura se había duplicado apenas en un mes y no es que habíamos usado más agua, yo pagaba 11 bs., a 12 bs., casi generalmente, (…) de un día para otro ya hemos visto pues, tenía que pagar el doble: 25!. Cláro, algunos dirán que 12 o 13 bolivianos es nada, pero para una familia como la mía que sólo depende de mi sueldo es bastante. (…) Esos 12 que estaba yo pagando de más me servía para mis movilidades. No quedaba otra que levantarse más temprano y caminar al trabajo, no ve?”

“El tarifazo decía la gente, todos estábamos indignados por esa elevación en las facturas, al final la gente ya se negó a pagar, íbamos con nuestras facturas a la prensa, a la oficina de la Coordinadora, era un escándalo” (vecina Casco Viejo).

Después de una insidiosa "Guerra del agua", en una sesión especial el 11 de abril de 2000 dicha ley (impulsada por el Banco Mundial y la multinacional Bechtel) fue anulada.

Fuentes:
http://www.matices.de/49/guerra_del_agua/
http://www.rebelion.org/autores.php?id=43
http://www.ecoportal.net/content/view/full/61483


http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.ar/2011/07/la-guerra-de-la-semilla-y-del-agua-las.html

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