Si alguna vez sientes el deseo de quitarte la vida, si algún día sientes el anhelo de morir, si el pensamiento "quiero suicidarme" viene a visitarte o llega para quedarse, no temas y tampoco te desesperes. Celebra que una profunda inteligencia está operando en ti. El deseo de morir es lo más natural del mundo. No es un pecado, no está mal, no es una señal de tu debilidad ni de tu fracaso, no es el síntoma de una terrible enfermedad o de algo tenebroso dentro de ti. Es un impulso tan antiguo como el universo, algo que todos los seres humanos siempre han sabido en una forma o en otra. Date cuenta que no estás sólo, date cuenta que en tu misma soledad, estás conectado con toda la humanidad.
La urgencia de morir no necesita ser seguida o adorada, sino más bien comprendida; no necesita ser adormecida ni tampoco es necesario tomar acciones en torno a ella, más bien necesita ser aceptada como lo que es. Traducido, "quiero morirme" significa "extraño mi hogar, y estoy desesperado por llegar ahí, pero en este momento no sé cómo hacerlo". La urgencia de morir es la urgencia natural de desvanecer la ilusión del yo separado, de soltar la agotadora carga de "yo y mi vida" (aquello que no eres) y descansar profundamente en la presencia (en lo que eres). Es un llamado para recordar tu verdadero hogar, más allá de todos los hogares terrenales - aquí y ahora. Es una invitación para saborear tu propia esencia una vez más. Para salir de la historia del pasado y del futuro, y vivir en este precioso momento. Para estar (ser) aquí, firmemente presente, valientemente vivo, y dejar atrás la lucha con el dolor y la felicidad de la vida, dejar de poner resistencia a los conflictos de la existencia.
Utiliza el pensamiento "me quiero morir" para iniciar una profunda meditación sobre la naturaleza del ser. ¿Quién moriría? ¿Quién querría matar a un “yo”? ¿Quién es ese que vive ahora? ¿Quién es ese que respira? Si el “yo” puede matarse, si puede ser amado u odiado, entonces, ¿eso es lo que realmente eres? ¿Qué es la inteligencia en ti que sabe que el “yo” es impermanente y que puede ser perdido? ¿No está esta inteligencia absolutamente presente y viva y despierta en este momento? El “yo exitoso” y el “yo fracasado”, el “yo maravilloso” y el “yo terrible”, el “yo que quiere morirse” y el “yo que quiere vivir, ¿no son sólo imágenes, ideas, películas flotando en tu pantalla-presencia eterna en este momento? ¿No estás tú más allá de todos esos conceptos? ¿No eres tú el espacio para todo?
Si has tomado el “yo” como algo menos que lo que realmente eres, por supuesto que tendrás ganas de “matarlo” o terminar con él, porque se siente como algo insignificante en tu inmensidad. Si reconoces tu “yo” como el Ser, tu propia presencia más allá del nacimiento y la muerte, entonces no podrás realmente matarte a ti mismo, porque la presencia no puede matar a la presencia, así como el océano no puede matar al océano, y el sol no puede dejar de brillar, aunque se esté quemando.
Estás harto, amigo. Te sientes exhausto, cansado. Brillas intensamente. Así que relájate, permítete sentir todo ese agotamiento en este momento, y sé consciente de que tu anhelo de morir no es ningún error, sino la expresión de una gran inteligencia, recordándote tu profundo amor por la vida, tu ilimitada naturaleza, y tu inocencia cósmica.
Una nueva vida está amaneciendo para ti. Mantente abierto. Habrá regalos y conexiones inesperadas.
- Jeff Foster
(Imagen: Eli Mordechai)
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