17 de agosto de 2014

CÓMO TENER UNA VIDA ABUNDANTE



"De nuevo os digo,
es más fácil para un camello
pasar por el ojo de una aguja,
que para un rico
entrar en el Reino de los Cielos."
- Jesús

¿Qué es la abundancia?

¿Es acaso tener más dinero, más fama, más reconocimiento, más 'cosas' de las que realmente necesitamos?

¿Es adquirir una riqueza personal innecesaria, acumulando montones de cosas para ti y para tu exclusivo círculo de amigos privilegiados?

No, no, no. ¡La abundancia es el fuego ardiente en tu corazón! ¡Es el gozo inexplicable que retumba en tu barriga! ¡Es la inexplicable gratitud que se siente al despertar, de que se te haya dado un día más para explorar este loco, precioso y enredado mundo; sin importar la cantidad de dinero que

tengas en tu cuenta bancaria, sin importar cuántos títulos cuelguen en tu pared!

Es la inefable dicha de dar sin esperar nada a cambio, de amar sin necesidad, de abrirte a las aventuras que jamás creíste posible; es sentir el miedo y sin embargo, dar el salto a pesar de las advertencias de quienes se hacen llamar 'normales'. Es una loca zambullida en lo desconocido, la ráfaga de vida que sientes al inhalar, el profundo descanso que sientes al exhalar, la emoción de saber que nada que sea real puede perderse, y nada que se haya perdido era realmente tuyo, para empezar. Es sentirte profundamente vivo, conectado, y en Casa, sin importar las circunstancias, sin importar lo difícil que resulte cada desafío, sin importar ir en contra de todas las probabilidades.

Podrías poseer todas las riquezas terrenales que puedas imaginar, podrías encontrarte en la cima de la escalera del mundo del éxito, y sin embargo, si no estás en sintonía con esta abundancia universal, si no estás en sincronía con el valor de la existencia, si no estás en contacto con lo que realmente eres, si no estás enamorado con la simple sensación de estar vivo, estarás en la más profunda de las pobrezas.

No son las riquezas mundanas las que nos elevan por encima de la pobreza, sino el hecho de despertar a nuestra inmensidad. No es más dinero lo que finalmente necesitamos, sino más Amor, ese Amor universal que da abrigo a todos los seres de todos los mundos con su infinito abrazo. Sí, el dinero ayuda. Aumenta las comodidades mundanas. Y sí, a pesar de lo que algunos puedan decir, no hay nada de malo en querer ganar dinero. ¡Detrás de la intención de hacer dinero podría encontrarse el deseo de aumentar la prosperidad del mundo entero, de elevar a todos y a todo hacia la abundancia! Pero si estamos hablando de la verdadera felicidad, debemos mirar más allá de lo visible... hacia los ojos de la Amada.

Deja que hoy sea el día en que rías más, en el que te diviertas más, en el que llores más, en el que caigas de rodillas en gratitud y simpleza reconociendo la belleza que hay en el paso de las cosas. Porque cuando te vuelves como niño, entras al Reino de los Cielos, y el Reino ya está aquí, disfrazado de un año completamente ordinario, de un día completamente ordinario, de un momento completamente ordinario, esperando a que tus ojos se abran a sus abundantes tesoros.

- Jeff Foster

(Imagen: Sascha Hüttenhain)




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