«He aquí una prueba para saber si tu misión en la Tierra ha concluido. Si estás vivo, es que no.»
Richard Bach.
Toda vida tiene un propósito. El sentido de la vida no es algo que se invente, sino que se descubre por el camino. Sin embargo, los descubrimientos más importantes pueden pasarte por alto si transitas por el mundo con una actitud conformista, apática o temerosa.
Cuando rechazas la llamada de la vida para perseguir tus sueños, corres el riesgo de vivir sin realizarte y ser infeliz. Muchas personas con gran potencial, viven una vida desgraciada, sin satisfacción y sin alegría. La infelicidad de la gente se manifiesta en el alarmante aumento de los problemas de salud mental del mundo.
No importa lo que hagas, ni los bienes materiales que consigas por el camino: si lo que haces no te alegra el corazón, si no alimenta tu pasión por levantarte cada día, al final de tu vida te invadirán una frustración e insatisfacción abrumadoras. Es más, no habrás desempeñando tu papel
como ser humano en este planeta.
No permitas que esta sea tu historia.
Las circunstancias iniciales, aun siendo importantes, no determinan el tipo de vida que tendrás. Aunque parezca que lo tienes todo en tu contra, no son las condiciones del mundo exterior las que determinan si tus sueños se van a hacer realidad.
Naces con las facultades necesarias para realizarte, superar las pruebas, obstáculos y retos que se interpongan en tu camino. De hecho, nunca sientes la llamada a perseguir un sueño si no es porque tienes dentro de ti los medios para hacerlo realidad. En tu interior tienes todo lo que necesitas.
Cuando tomas conciencia de tus recursos y los movilizas, de repente lo imposible se vuelve posible. Tu vida deja de ser el fruto de acontecimientos externos para ser el resultado de un trabajo interior lleno de intención.
A veces, la vida te presentará las circunstancias que te empujarán a perseguir tu sueño, pero la mayoría de las personas no dan el salto porque su situación no es lo suficientemente desesperada. Por lo general, harán algo cuando estén hartas, asqueadas, cansadas y ya no aguanten más.
No esperes a llegar a ese punto.
No importa en qué situación te encuentres en este momento de tu vida, ni tu edad, nunca es demasiado tarde para perseguir tu sueño. En todas las edades de tu vida puedes decidir lo que quieres ser de mayor. Aunque creas que las obligaciones te impiden moverte, nunca es demasiado tarde. Siempre existen infinidad de formas de perseguir tus sueños. Es mucho más fácil de lo que piensas.
Tú eres responsable de crearte una vida que te haga feliz y con la que te sientas realizado. Nadie puede hacerlo por ti. Ni tu jefe, ni tu pareja, ni tus hijos, ni tu familia, ni tus amigos… No hay nadie que sea responsable de tu vida, salvo tú mismo. Este es el paso verdaderamente importante para cambiar las cosas. Has de cambiar de mentalidad, hay que cambiar lo que haga falta…
¿No has encontrado tus objetivos vitales? ¿Eres incapaz de elaborar una hoja de ruta propia? Existen diferentes estrategias para salir de esta situación:
No siempre sabemos lo que queremos, pero seguro que sabemos lo que no queremos. Si averiguas qué es lo que no te gusta acabarás llegando por eliminación a lo que te gusta. Deja de hacer o pensar lo que no quieres.
¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu propósito en la vida? Tal vez desconozcas que tienes un increíble recurso con el que puedes conectar: si pides la información que precisas, las ideas, las soluciones… la respuesta vendrá. Cuando planteas una pregunta, el Universo te transmite la respuesta. Las respuestas no vienen de tu mente consciente; si fuera así, ya las conocerías… Se trata de escucharte a ti mismo, de viajar a tu interior. Las respuestas están dentro de ti. Siempre lo han estado.
Hay un consejo que, si se sigue, te conducirá a realizarte como ser humano: persigue tu felicidad. Así de simple. Persigues tu felicidad cuando tomas la decisión de hacer cada día algo que te haga sentir realmente bien, que haga que te parezca que el tiempo vuela, que te haga sentir inspirado… Por insignificante o pequeño que sea lo que hagas, es un hilo que te está conectando con tus sueños, con la razón por la que estás aquí. Aunque no puedas ver todo el camino, tu felicidad es el hilo que te conducirá a la realización de tus sueños.
La condición previa a todo proceso de recuperación es la voluntad de renacer. Hermann Hesse dice en su novela “Demian” que “cada vez que vayamos a renacer debemos romper la cáscara de huevo que nos aprisiona”. La cáscara está formada de autocompasión, pero también de miedo a responsabilizarse de la propia vida y pasar a la acción. Dentro del huevo, los viejos traumas procuran un sentimiento de familiaridad, ya que uno acaba haciéndose amigo de sus penas, mientras que afuera se halla el camino a recorrer, la incertidumbre. Esto explica por qué hay tantas personas que parecen resistirse a salir de su postración. En principio a nadie le gusta la infelicidad, pero buscar la felicidad es un duro trabajo que requiere arremangarse.
Hace falta valor para hacer lo que te gusta e ir contracorriente. Resiste la tentación de intentar complacer a todo el mundo y sé fiel a ti mismo. Es tu vida y has de seguir lo que te dicta el corazón. Tienes una responsabilidad contigo mismo.
La vida es corta; no es un ensayo general. No puedes quedarte sentado en el sofá viendo la televisión y lamentándote de lo que podía haber sido.
«Actúa como si vivieras por segunda vez y la primera lo hubieras hecho tan desacertadamente como estás a punto de hacerlo ahora.»
Viktor Frankl.
http://siyocambiotodocambia.blogspot.com.ar/2014/08/vivir-por-segunda-vez.html
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