Cuando decidís perdonar, elegís amarte a vos mismo liberándote de una gran carga de tristeza, angustia, rencor, odio, resentimiento, enojos y un largo etcétera de emociones destructivas.
El otro puede creer que hizo bien en accionar de tal o cual manera, pero aún así eso no tiene importancia porque quien importa sos vos.
El perdón significa que aceptás la situación vivida en su totalidad.
Aceptar las cosas como son, no significa decirle al otro “seamos amigos, está todo bien”. Significa algo más profundo, que es reconocer la brutal ignorancia de su accionar.
Esencialmente perdonar, es ver al otro vacío, como un recién nacido y
comprender que lo que fue adoptando de sus cuidadores primarios, hayan sido madre, padre, tíos, abuelos, etc, fue dañino para él mismo y por lo tanto accionó de acuerdo a su contenido. Cuando a una persona la cuidan con amor, con palabras afectuosas que sacan lo mejor de uno, se crea una personalidad sana. Cuando una persona acciona con violencia, fue criada con mal trato, con la sensación de no servir para nada y eso proyecta en los demás. Se dice que quien mata a alguien, ya ha sido matado en su valía internamente. No valora su vida y por lo tanto se vive “matando” externamente.
“Dios es el amor en el que perdono.” Del libro: Un curso de milagros
Hay que comprender que las personas no son lo que hacen sino que todos somos mucho más que la construcción de nuestra personalidad y que siempre existe la posibilidad de re-crearnos, re-educarnos y cambiar el viejo sistema mental a favor nuestro y de los demás.
Jesús dijo: “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”
Fuimos criados en una ignorancia de quienes somos, que se transmite generación tras generación. No hemos visto muchos ejemplos de amor en acción, nos criamos escuchando críticas hacia todas las personas, cercanas y lejanas. El perdón significa que ya no juzgas la ignorancia ajena, sino que decidís que ahora como adulto reflexivo, elegís que nunca nada ni nadie te tumbe jamás.
En tu vida, mandás vos. Siempre va a ser así. Las situaciones provocadoras van a seguir sucediendo, pero tu respuesta frente a esos acontecimientos lo es todo.
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¿POR QUÉ CUESTA TANTO PERDONAR?
El ego es la falsa creencia de quienes somos. El ego se alimenta de la desdicha, entonces no olvida hechos pasados, los recuerda con lujo de detalles e incluso exagera todo para que la víctima en nosotros sea visible por otros egos carentes de felicidad.
El ego recuerda las heridas, los insultos, las humillaciones, y en cambio olvida lo hermoso que le ha ocurrido en la vida. El ego no quiere ser feliz porque piensa que si demuestra bienestar, nadie lo va a amar. La dicha es veneno para el ego, ese es su mecanismo y cuando el ser en nosotros lo observa, pierde su poder y efecto nocivo.
Aceptar que todos hemos sido criados en ignorancia y ver al otro más allá de su adormecimiento, es comenzar a derribar las barreras que nos separan unos de otros y ayudarnos para progresar, madurar y crecer siempre hacia el mayor bien que nos incluya a todos.
Recordemos otra enseñanza de Jesús: “Padre, perdónalos porque no saben lo hacen”
No sabemos el daño que le hacemos a los demás, porque no recordamos que no hay otro, sino que existe una sola vida fluyendo en todo lo creado.
Juan Pablo II perdonó a quien le había disparado, explicando que Jesús enseñó a amar al prójimo como a uno mismo y a ver que el cristo interno en mi también está en el otro.
Cuando nos demos cuenta que los cuerpos son muchos pero que la vida que hay en mi es la misma vida que hay en vos, en ese momento la realidad será vista con los ojos de la verdad y responderemos ante los hechos provocadores con aceptación, sabiduría y empatía, comprendiendo la vida patética en la que fueron criados aquellos “agresores” que la sincronicidad puso en nuestro camino.
“Somos parte de una existencia. A quien quiera que hagas daño, a la larga te estás haciendo daño a ti mismo. Puede ser que ahora no te des cuenta, pero algún día, cuando te hagas más consciente, entonces dirás: «¡Dios mío, esa herida me la he infligido yo mismo!» Cuando has herido a otro pensando que era diferente. Nadie es diferente. Toda la existencia es una, una unidad cósmica. De esta comprensión surge la no violencia.” Osho
http://espiritualidaddiaria.infobae.com/el-que-perdona-libera-a-un-solo-prisionero-uno-mismo/
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