8 de agosto de 2014

Un Camino de Valentía y el Canto de un Pájaro



Un diagnóstico de cáncer. La pérdida del sustento, de la riqueza, del poder. El inesperado fin de una relación. Una promesa rota, un sueño que se ha venido abajo. A veces la impermanencia nos golpea de frente y sin previo aviso. Siempre estuvo ahí, por supuesto, acechando discretamente, pero estábamos distraídos, o adentrados en la ilusión de lo permanente, o simplemente le dábamos la espalda mientran nos moríamos de miedo. La impermanencia llega, muchas veces de la nada, para recordarnos aquello que es esencial y verdadero, para hacer añicos nuestra pereza espiritual y recordarnos el verdadero camino.

La consciencia consciente acerca de la impermanencia puede protegernos del dolor de la hipocresía, de la arrogancia, de la ignorancia, de la avaricia - y más importante, del miedo mismo.

Amigo, encuentra aquello que es permanente en medio de todo el cambio. Encuentra tu propia presencia en las siempre cambiantes apariencias de la vida. Encuentra tu verdadero hogar en medio de la incertidumbre. Sé lo que

eres, el inmutable principio - ESO que jamás ha cambiado mientras todo lo demás lo hace. Tu propia seidad, tu original sentido de pertenecer, tierno, íntimo y amable, eternamente presente. Tan sólo te has distraído, eso es todo, te has permitido sentirte deslumbrado con objetos, con confusos sueños acerca del pasado y del futuro, te has hipnotizado con las apariencias que han surgido en tu camino hacia las futuras glorias prometidas por, seguramente bien intencionados amigos.

Y después, un diagnóstico de cáncer. La pérdida de tu sustento, de tu riqueza, de tu poder. El inesperado fin de una relación. Una promesa rota, un sueño destrozado. Estos no son un error ni tampoco un castigo, sino inesperados recordatorios del simple Poder de lo Incontrolable, la inmensa inteligencia moviendo todas las cosas, una inteligencia más allá de la comprensión.

Otra llamada a la humildad y a la bondad. Y a la amabilidad. Y una invitación a recordar: en medio del cáncer, de la pérdida, de la devastación, del fracaso... ¿qué es aquello que nunca puede perderse? ¿Qué es aquello que nunca puede fallar? El amor sigue estando aquí. Nuestra habilidad de conectarnos inmediatamente. De escuchar. De ver. De sentir. De reírnos en la cara de toda esa seriedad. De tomarnos en serio esto de la risa. De recordar nuestra propia Presencia, la Presencia de la vida, aquí y ahora. Y la bendición que hay en cada pequeña cosa. Un sorbo de agua. El sonido de la lluvia. El aliento moviéndose en nuestras fosas nasales. La visita de un ser amado. Un inesperado gesto de amabilidad. La belleza que hay en las preguntas aún no resueltas.

Las cosas esenciales no pueden ser quitadas. Todo lo no esencial se desvanecerá con el tiempo. Todo es cuestión de perspectiva. El momento es el comienzo.

Este no es un camino que puedas encontrar en libros. Este es un camino de valentía y del canto de un pájaro, una caminata matutina con un corazón tierno, consciente de que todo está, de alguna manera, perfectamente bien, en una forma que no podemos esperar entender.

- Jeff Foster

(Imagen: Massimo Terenzi)




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