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Un virus que mata al 90% de los infectados y para el cual no hay tratamiento. Así es el ébola, que ha aterrorizado a la comunidad internacional al propagarse por Guinea desde el sur del país hasta Conakri, la capital.
También se han registrado posibles casos de esta enfermedad en Sierra Leona y Liberia, fronterizos con Guinea por el sur y el suroeste.
Mientras, las autoridades de Senegal, al norte de Guinea, cerraron el domingo la frontera con este país para bloquear los puntos de paso entre las dos naciones, usados activamente por comerciantes, sobre todo durante los fines de semana.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO por sus siglas en francés, o ECOWAS, en inglés), integrada por 15 países, entre ellos Guinea, Libera y Sierra Leona, se declaró "profundamente preocupada por la
epidemia, que representa una seria amenaza regional" e hizo un llamado de ayuda a la comunidad internacional.
La batallaLas autoridades sanitarias de Guinea y organizaciones internacionales presentes en el país han multiplicado sus acciones para acotar la zona afectada y reforzaron sus equipos desplegados en el terreno. A la región afectada han sido enviadas toneladas de material, incluso paquetes con productos higiénicos, que puedan ayudar a los ciudadanos a protegerse de la epidemia.
La Comisión Europea ha anunciado que proporcionará 500.000 euros para los esfuerzos para contener la expansión del virus. "La UE está siguiendo el desarrollo de la situación y trabaja con sus socios internacionales, incluso la Organización Mundial de la Salud", se dice en el comunicado de la Comisión.
Más grave que el sida y el cólera Hasta el 90% de los contagiados con el virus ébola fallecen. Descubierto en 1976 cerca del río Ébola, en la República Democrática del Congo (entonces Zaire), este virus ha matado a más de mil personas. No es que la enfermedad sea incurable, sino que no hay tratamiento ni vacunas con eficacia confirmada. Ninguna compañía farmacéutica ha invertido en el desarrollo de vacunas, ya que el mercado de su venta es demasiado pequeño para proporcionar beneficios. Solo existen medidas preventivas para controlar la expansión, como la organización de centros de aislamiento y desinfección sistemáticas de los hogares de las personas afectadas.
La higiene es lo único que ayuda a prevenir la infección, e higiene es precisamente lo que falta en muchos países de África. En la capital guineana, por ejemplo, una ciudad de dos millones de habitantes, en la mayoría de los barrios no hay electricidad ni agua potable.
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