¿Por qué nos aferramos tan desesperadamente a esta falsa y siempre cambiante realidad, a cosas que son momentáneas, a cosas que están atadas y hasta condenadas a quedarse aquí en el plano terrenal cuando pasemos por el umbral de la muerte hacia otras vistas de conciencia?
¿Por qué nuestro deseo de gratificación instantánea, confort y riqueza monetaria es tan fuerte, que estamos dispuestos a gastar toda nuestra energía, nuestra vida, para algo tan poco profundo y temporal?
La respuesta será siempre la misma: debido al apego y a los deseos, debido a la idea de sentirse separado, debido a la identificación con el ego, la idea de querer ser especial, diferente, mejor que todos los demás…
La respuesta será siempre la misma: debido al apego y a los deseos, debido a la idea de sentirse separado, debido a la identificación con el ego, la idea de querer ser especial, diferente, mejor que todos los demás…
Imaginemos que el ego está representado por un pequeño punto de espuma en el borde de la cresta de una ola.
Ahora bien, ese pequeño trozo de espuma continúa imaginando y
expresando que no es en absoluto parte del océano, que es especial, que está desconectado y separado del resto.
Ahora bien, ese pequeño trozo de espuma continúa imaginando y
expresando que no es en absoluto parte del océano, que es especial, que está desconectado y separado del resto.
Esto, claro está, es ridículo, pero eso es exactamente la presión que nuestros egos constantemente ejercen sobre la conciencia frontal.
El ego desaparecerá sólo cuando nosotros (conscientemente, a través del conocimiento personal) nos demos cuenta que la ola y la espuma son la misma cosa, y que el océano es la base real de todo. La ola representa al Atma, el alma individual; el océano es el eterno Dios, el Todo.
http://espiritualidaddiaria.infobae.com/%C2%BFpor-que-nos-aferramos-tanto-a-todo/
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