En un primer episodio acontecido este año, más de 100 trabajadoras que confeccionan ropa para las multinacionales Puma y Adidas cayeron al suelo desmayadas en un solo día.
Y debe ser una escena extraordinaria: más de 100 obreras desmayándose al unísono, como si estuvieran poseídas por espíritus.
Pero en las fábricas de ropa de Camboya, que desempeñan un papel importante en el suministro de los centros comerciales occidentales, los desmayos en masa no son un fenómeno extraño.
De hecho se han convertido en algo muy “preocupante” para las autoridades.
El enigma es persistente, a pesar de los continuos estudios del gobierno Camboyano, las campañas de activistas y las continuas promesas de investigar las condiciones de trabajo en las fábricas de los imperios de la moda mundial, como H & M.
El último episodio de desmayo en masa tuvo lugar este mes en una fábrica que, de acuerdo con Reuters, suministra ropa deportiva a los gigantes
Puma y Adidas. Al igual que en otros brotes de desmayos en Camboya, comenzó con un trabajador cayendo inconsciente y terminó con más de 100 tirados sobre el suelo de la fábrica.
Este es el primer incidente importante de desmayos de 2014. Y probablemente no será el último. Las estadísticas del gobierno indican que, desde 2011 , entre 1.500 y 2.000 trabajadores de las fábricas de Camboya se han desmayado cada año, a menudo en grupos de 100 o más. Los trabajadores casi siempre se recuperan después de una corta estancia hospitalaria.
El fenómeno no ha sido ignorado.
La Organización Internacional del Trabajo ha examinado las causas de estos extraños episodios.
Activistas europeos de derechos laborales han simulado los mismos desmayos en las tiendas de H & M, Levi y Gap, echándose al suelo en señal de protesta.
Y el Gobierno de Camboya ha enviado funcionarios a las fábricas a “instar a los trabajadores a comer mejor y dormir bien” para evitar tales desmayos masivos.
(¿¿se puede ser más cínico??)
Sin embargo, los factores desencadenantes exactos para estos desmayos masivos siguen siendo un misterio.
Algunos de los factores citados son la mala alimentación, el excesivo calor, las interminables jornadas de trabajo, la mala ventilación, los gases tóxicos y (el factor favorito de los propietarios de las fábricas), las juergas nocturnas de los trabajadores.
Un estudio más científico llevado a cabo por una ong camboyana señala la desnutrición como factor principal del fenómeno. Su investigación muestra que aproximadamente un tercio de los trabajadores de la confección de Camboya -en su mayoría mujeres- trabajan “médicamente desnutridas” e ingieren solamente 1.600 calorías por día.
Otra investigación a fondo realizada por el periódico Cambodia Daily (y cargado de ironía, añadimos nosotros) se inclina por otra teoría: un caso de “histeria colectiva”, como el sucedido en el siglo XVIII en las factorías británicas de Malasia y que según un psicólogo se debería a “una negación inconsciente de los obreros a trabajar debida a las malas condiciones de trabajo”
“En primer lugar, sentí dolor de cabeza y luego me costaba respirar…no podía ver nada y al final me desmayé” dijo Rorn , una cosedora de prendas de vestir que se ha desmayado en varias ocasiones. Al día siguiente de su desmayo, afirmó: “Sentía miedo y pánico a caer inconsciente de nuevo. Cuando me enteré de que otros trabajadores también se sentían mal, perdí el conocimiento otra vez”
Este fenómeno corre en paralelo a las protestas no tan silenciosas que inundan las calles de Camboya. Los trabajadores que protestaban por conseguir mejores salarios -para pasar de los 100 a los 160 dólares al mes- fueron dispersados violentamente por las fuerzas de seguridad gubernamentales, con vehículos blindados y fusiles AK-47 en enero. Cinco trabajadores murieron.
Mu Sochua, activista y parlamentario electo con el partido de oposición del país, calificó las protestas como una llamada de atención a los occidentales que compran ropa fabricada en Camboya.
“Usted compra ropa de trabajadores que se desmayan confeccionándolas”
“¿Quieres apoyar a las compañias internacionales que ganan miles de millones, mientras nuestros trabajadores se ven privados de la asistencia sanitaria básica?”
Se espera que las protestas continúen hasta que los trabajadores consigan el salario que solicitan, de 160 dólares al mes.
Y por supuesto, también seguirá el “extraño fenómeno de los desmayos masivos”…
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