UN MUNDO DE CIUDADES MONSTRUOSAS QUE SE COMEN LAS MONTAÑAS, DESIERTOS INFERNALES DE PETRÓLEO, CEMENTERIOS DE TRONCOS ITERADOS, SURFISTAS QUE SE DESLIZAN POR OLAS DE BASURA
La enorme, irrestañable mancha urbana de la ciudad de México crece como si fuera ola apocalíptica. FOTO: Pablo López Luz
El paradigma socioeconómico imperante en nuestro planeta –el crecimiento infinito para abastecer nuestro sistema económico y nuestro deseo de tener más cosas– tiene serias consecuencia ambientales y empieza a generar inquietantes preguntas sobre nuestra capacidad de sostener nuestro estilo de vida sin arrasar a las demás formas de vida y hacer de la Tierra un gigantesco terreno baldío.
Esta preocupación ha generado el libro Overdevelopment, Overpopulation, Overshoot (OVER), que congrega a científicos, artistas y activistas en torno al tema de la sobrepoblación, el sobredesarrollo, el exceso de consumo y la desigualdad y los problemas ecológicos y políticos que generan. El libro también cuenta con una serie de imágenes que poderosamente comunican el estado alarmante de nuestra realidad planetaria. Grandes masas urbanas que atiborran el espacio, miles de personas apiladas en paupérrimos barrios, surfistas deslizándose por olas de basura, otras miles de personas más corriendo como los perros de Pavlov ante las campanas de la programación psicosocial en búsqueda de nuevos aparatos, míticas aves que alimentaban nuestra imaginación envenenadas por nuestros desechos, bosques asolados, contaminantes y toxinas flotando por el mar y el aire, etc… Un panorama de la destrucción que busca generar acción de cambio.
La pregunta crucial, como se dice en la introducción del libro, no tiene que ver con la cantidad de personas que caben en un espacio delimitado (los más de 7 mil millones de personas del mundo cabrían, hacinados, en Texas). Es:
¿Cuántas personas puede sostener la Tierra, a un nivel de vida razonable,
dejando, a su vez, lugar para que la diversidad de la vida florezca? No hay una respuesta precisa a esta pregunta, pero los hechos de manera demoledora señalan que no podemos seguir como vamos. Ya estamos propinando daño severo al planeta. En algo tenemos que ceder.
Y es que la economía de crecimiento infinito, el uso de recursos no renovables y la proyección moderada de que para 2100 llegaremos a 10.9 mil millones de habitantes, simplemente no hacen sustentable nuestro modo de vida. No necesariamente tenemos que dejar de tener hijos, pero sí necesitamos implementar otro sistema de vida. Esperemos que podamos reaccionar antes de que nos orille una fecha límite, encarándonos con un funesto ultimátum.
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