Hay muchas profecías, desde hace tiempo que se vaticinan grandes cambios, incluso catástrofes. Otros son más positivos y ven estos cambios con otra perspectiva.
Actualmente se habla de cosas que hasta hace unos años era impensable. La velocidad de estos cambios se va acelerando. Todo parece ir más rápido, la información, las comunicaciones, incluso el tiempo. Aunque no podamos tener certezas todavía, este cambio se puede intuir, se puede sentir.
En el principio de nuestra evolución como especie los cambios se fueron realizando muy lentamente. Parece que nuestros antepasados prehistóricos, como el homo erectus, estuvieron 1 millón de años con las mismas herramientas de piedra hasta que se pudo pasar a otro nivel. Si lo comparamos con los tiempos actuales y la velocidad con la que cambia la tecnología y el acceso a la información. Hoy un niño de 6 años tiene la posibilidad de tener información y un aprendizaje que hace solo 100 años sería imposible de imaginar.
Las viejas maneras, las viejas estructuras, la vieja forma de pensar y percibir la realidad, simplemente se está disolviendo y siendo reemplazada por una nueva, más armoniosa, más amorosa, más inteligente, más evolucionada.
Todo tiende hacia la unidad.
El ser humano comienza a percibir su verdadera naturaleza universal. Trascendiendo las polaridades, más allá del concepto del bien y del mal e
incluso de sufrimiento y felicidad, ya que en esta evolución el cerebro mismo se ve afectado.
El control ya no dependerá exclusivamente del hemisferio izquierdo y el lóbulo frontal, otras áreas del cerebro se van activando, que establecen nuevas conexiones y una manera diferente de percibir la realidad y conectarnos con otras dimensiones, permitiéndonos experimentar la unidad de la vida, realizar que todo está vivo a nuestro alrededor y de que cada uno es una parte inseparable de todo lo que existe.
La expansión de la conciencia es un hecho y no es algo que dependa de la voluntad o los méritos. Es la naturaleza misma del universo, que está vivo y conciente de si mismo, que además sabe cuidarse y hace todo lo posible por ayudarse.
Muchas culturas hablan de esto. Para los Mayas este es el fin de un ciclo y el comienzo de otro, y esto está relacionado con cambios en el sol, en la tierra, en el macro y en el micro universo. Afecta a todos los niveles.
La ciencia también lo comprueba: cambios en los polos magnéticos del sol (los ciclos del sol) , tormentas solares, aumento del electromagnetismo. Nuestro planeta también se está transformando: la resonancia magnética, el electromagnetismo, se prevé una inversión en los polos magnéticos de la tierra que afectará las corrientes marinas, el clima, a nosotros mismos y a todas las especies.
El ADN está cambiando (mutando) su configuración, algunos hablan de nuevas cadenas (de hecho 12 en lugar de 2), por lo tanto, surge otra forma de vibrar y mayor capacidad para sintetizar proteínas, recibir y transmitir información, una apertura a nuevas dimensiones. Hay muchas investigaciones al respecto.
Cuando vemos el mundo actual, podemos percibir el final de los tiempos, las guerras, el hambre, el miedo, el engaño, el sistema financiero, mucha gente encadenada a dinero que no existe, la política, las religiones…verdaderamente no da para más, y aunque hay todavía mucha resistencia al cambio, como la de un adicto que a pesar que sabe que se muere no puede dejar de consumir.
La transformación es inevitable. Y no es que haya que hacer algo al respecto, somos parte de este movimiento, de esavibración, de una conciencia que no tiene fisuras ni separaciones.
Somos parte del movimiento de la tierra, del sol, de las galaxias y del universo. Nos movemos a la velocidad de la luz. Cuesta percibirlo porque estamos prisioneros en un cuerpo físico, sujeto a leyes que son relativas y limitadas.
¿Y que debemos hacer entonces?
Nada. Solo relajarse, respirar y ser felices. Aceptar los cambios como algo positivo y tratar de comprender de que estamos hechos en realidad, o sea, despertar del sueño.
Iluminarse significa permitir que la conciencia brille en todas las direcciones. Simplemente, encender la luz del espíritu.
El “tener “que hacer algo o el buscar algo externamente porque pensamos que nos falta, es todavía parte de la mentalidaddualista. Se trata más bien de enfocarse, de “afinar” (al igual que un instrumento), de resonar con la frecuencia de nuestros planos superiores, que vibran en armonía con el cosmos entero.
Estamos entrando en la era donde realizaremos que todo esconciencia, que la realidad que se nos presenta es una creación de la conciencia y no una realidad física comandada por los sentidos.
En la medicina china se considera que la morada de laconciencia (shen) es el corazón. El corazón está en el centro de la creación. Está primero que el cerebro, es más antiguo, se forma primero en el embrión y alrededor de él crece el resto. Por eso se lo considera el emperador. El corazón es amor incondicional y por lo tanto unidad.
Estamos llendo hacia una nueva conciencia, por eso debemos tener confianza en nuestra propia naturaleza. Estamos hechos con materiales cósmicos, que no son otra cosa que energía einformación, producidas por el movimiento de la conciencia misma del universo. Somos seres luminosos viviendo una experiencia única e irrepetible. Una experiencia espiritual de aprendizaje y felicidad.
La experiencia de una vida humana.
http://budacuantico.blogspot.com.ar/2010/09/hacia-una-nueva-conciencia.html
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