En realidad somos seres inmortales que nunca se separan energéticamente de los que aman.
Tenemos almas gemelas y familias espirituales que son eternas.
Los espíritus guardianes nos guían y nos aman siempre.
Nunca estamos solos.
Al morir no nos llevamos las ‘cosas’ que poseemos.
Nos llevamos nuestros actos y nuestras obras,
Los frutos de la sabiduría de nuestro corazón.
Cuando despertamos a la idea de que todos somos seres espirituales,
cambian nuestros valores. Y por fin podemos ser felices y estar en paz.
Hay mucha belleza, mucha verdad y amor a nuestro alrededor,
pero muy pocas veces nos tomamos las cosas con la suficiente calma para apreciarlos,
como para darnos cuenta.
A veces hace falta que suframos una gran pérdida
para recordar la belleza y el amor que nos rodean,
pero solemos olvidarnos pronto y caer en la rutina.
Tomemos las cosas con calma.
Gocemos de los frutos de este magnífico jardín.
Este mundo se te entrega como un jardín de gran hermosura.
Si no gozas de sus frutos reduces su belleza.
Ser feliz y divertirse no es malo, ni es pecado, ni algo poco espiritual.
Al contrario: no avanzarás hasta que aprendas a estar alegre.
Sé más espiritual.
Dedica más tiempo a rezar, a dar, a ayudar a los demás, a amar.
Hazte voluntario y expresa generosidad y amor.
Despréndete del orgullo, del ego, del egoísmo, de la rabia, de la culpa, de
la vanidad y de la ambición.
Pasa menos tiempo acumulando cosas,
preocupándote, estancado en el paso o en el futuro.
Aléjate de la violencia y los violentos.
No aceptes ninguna idea antes de contrastarla con tu sabiduría intuitiva.
¿Es algo que fomenta el desarrollo del amor, de la bondad, de la paz y de la
unidad?
¿O algo que promueve la separación, la división, el odio, el egocentrismo y
la violencia?
Eres inmortal.
Estás aquí para aprender, para saber más, para ser divino.
Lo que aprendas aquí seguirá contigo cuando mueras.
No podrás llevarte nada más.
Es así de sencillo. El reino de los cielos está en tu interior.
Deja de buscar gurús.
En vez de eso, búscate a ti mismo.
No tardarás en encontrar a tu verdadero hogar.
No morimos cuando muere nuestro cuerpo físico.
Una parte de nosotros sigue existiendo.
Espíritu, alma, conciencia.
Es como atravesar un umbral para entrar en otra habitación mayor, más luminosa.
Por eso no tenemos que temer. Siempre nos rodea el amor.
Nuestros seres queridos no nos abandonan nunca.
Todos somos almas hermosas e inmortales.
Estamos en un cuerpo durante un tiempo, pero nuestra esencia no es ese cuerpo.
No todo el mundo nace con el talento de un virtuoso del piano pero, con lecciones, con práctica y con mucho esfuerzo podemos aprender a tocar alguna cancioncilla.
Lo mismo sucede con el desarrollo de los procesos intuitivos.
Todos llegaremos a comprender que la sabiduría está en nuestro interior y,
al ir recordando, practicando y teniendo acceso a esa sabiduría nos
convertiremos en los mejores maestros que podamos tener.
Llegados a este punto, encontramos paz y alegría en el presente, porque de
lo que se trata es de cómo vivimos en la vida ahora, siendo espirituales,
sin fijarnos en lo que nos han enseñado que tenemos que creer.
Al ir despertando, los espíritus nos cantarán sus canciones de amor directamente al oído.
Sin amor y sin Dios no hay nada. Dios no exige nuestro respeto.
Insistimos en personificar a Dios a pesar de que sabemos que está mucho más allá de lo que
somos capaces de conceptualizar.
Dios no tiene sexo. Ésa es otra personificación.
Dios no tiene religión. En el fondo de nuestro corazón todos lo sabemos.
Dios no tiene raza. Dios lo es todo, una energía de amor que posee una sabiduría
y un poder incomprensibles. Todos estamos comprendidos en Dios, porque él está en todos y cada uno de nosotros, es la sustancia de nuestro ser.
Es muy humano desear signos y mensajes inmediatos. Sin embargo, para escuchar
hay que saber hacerlo, y para saber hay que dedicar tiempo a aprender.
Si lo practicas el silencio el viaje interior, si te das tiempo para escuchar y crear el espacio para escuchar, serás capaz de oír.
Serás capaz de ver los signos y recibir los mensajes que esperas.
Al mismo tiempo, desarrollarás el arte de la paciencia.
La paciencia y la oportunidad…
Todo llega cuando tiene que llegar.
Una vida llega cuando uno puede vivirse sin prisas, no puede ajustarse a un calendario.
La vida no tiene final, nunca morimos. Nunca hemos nacido de verdad.
Lo que sucede es que pasamos por distintas fases.
No existe un final. Los seres humanos tenemos muchas dimensiones pero el tiempo no es como lo vemos, sino que se compone de lecciones que se van aprendiendo.
Sólo el amor es real. El amor es una energía de increíble poder y fuerza.
Todos estamos hechos de esa energía. El amor es algo absoluto.
El amor no termina nunca, no se detiene nunca.
La forma más pura es el amor incondicional, el que no espera nada a cambio.
Escuchemos nuestras intuiciones y no dejemos que nuestros miedos influyan en
los murmullos de nuestro corazón.
Vivamos la libertad de amar sin reprimirnos, sin reservas, sin condiciones.
No tengamos miedo.
Somos inmortales, espíritus eternos, y somos siempre amados.
De hecho, somos amor.
Brian Weiss
http://todomikeg.blogspot.com.es/2013/08/el-mistico-brian-weiss.html
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