14 de marzo de 2014

¿MODERNIDAD LÍQUIDA O MODERNIDAD GELATINOSA? UN SEGUNDO PERIODO DE LO GLOBAL

Haciendo el parangón con el océano, lo que ocurre en la globalidad es algo similar, la disolución de una estructura que era un todo dividido racionalmente (Parsons, 1951) segmentado y con una jerarquía estable, la cual se explicaba por sí misma.



Esto vale tanto para la familia, el Estado, la economía, las organizaciones y la cultura. La telemática e internet no son el agente de transformación como señalara Castells en su momento – volviendo a la idea de la no causalidad – sino el proceso ontológico de mutación en las relaciones, como una cuestión cuántica de la libertad que recae en los individuos como un mandato, una normatividad de disolución y flexibilidad. El enfoque geográfico no es a propósito ni casual, ya lo decía Bauman (Bauman, 2000)

De este modo el largo siglo XIX y XX se caracterizan por un estriamiento de la vida social, donde el todo se organiza por las partes, segmentadas, divididas y fielmente direccionadas hacia ese todo: Padre, Estado, Industria, Escuelas, etcétera. La nueva composición líquida, que fue la principal apuesta de Bauman en su Modernidad líquida también se encuentra en transformación. El traspaso del “gran estriamiento” a lo liso se explica como algo líquido, una modernidad aparentemente disuelta:

“…La desintegración de la trama social y el desmoronamiento de las agencias de acción colectiva suelen señalarse como efecto colateral anticipado de la nueva levedad y fluidez de un poder cada vez más móvil, escurridizo, cambiante, evasivo, fugitivo. Pero la desintegración social es tanto una afección como un resultado de la nueva técnica del poder”. (Bauman, 2000: 19-20)

La nueva arquitectura fluida, Bauman la observa como parte del engranaje

de poder que la misma modernidad se autoproclama para la disolución de su forma. Sin embargo las fuerzas líquidas y lisas toman un curso paralelo, la articulación del open source de la información como un derecho generalizado, el conocimiento como un derecho adquirido y formas pedagógicas y educativas a través de la telemática, es algo de lo cual no se ha instituido aquella Modernidad líquida. El poder ciertamente viaja por dichos engranajes, pero aún no ha podido controlar la aleatoriedad y el trayecto que impone este modelo. En el fondo son dos modelos que no se comunican pero si se enfrentan.

Es el mundo de las redes frente a la Modernidad líquida que describió Bauman, de una estructura que tendía a dispersarse en su funcionalidad organizativa y de poder, para ejercer una irradiación de ésta de manera simultánea y organizativa con un centro – las ciudades globales – y sedes corporativas apoyadas funcionalmente con la telemática. Castells nos instruyó de esta situación por más de dos décadas, cómo estas fuerzas lisas pero estriadas ejercían un predominio y un reflejo en la economía financiera, de servicios especializados, del turismo: llamada economía global.

En ese sentido la base de aquella Modernidad líquida entendida en parte como control y nuevo ejercicio de poder cambia según lo que describiera Bauman

”Para que el poder fluya, el mundo debe estar libre de trabas, barreras, fronteras fortificadas y controles y particularmente una red estrecha con base territorial implica un obstáculo que debe ser eliminado… … … Los poderes globales están abocados al desmantelamiento de esas redes en nombre de un mayor y contaste fluidez, y el derrumbe, vulnerabilidad, transitoriedad y precariedad de los vínculos y redes humanas permiten que esos poderes puedan actuar” Bauman (Bauman, 2000: 19-20)

Ciertamente se entra en un terreno complejo. No es precisamente que la noción de libertad o de liquidez obedezca intrínsecamente a la Modernidad, existe una orientación líquida o mejor dicho lisa, que se desplaza de manera paralela a la modernidad líquida, convirtiéndose en una lógica imprevista de globalidad, en un sentido ontológico que tiene que ver con la territorialización, el emerger de nuevas culturas e identidades, las nuevas demandas ciudadanas, la fortificación de las redes y la organización en base a formas innovadoras y constitutivas de organización, los movimientos sociales. Lo que cohesiona no son los valores fundamentalmente modernos, sino humanos, de bienestar de vida y de identidad.

Para poder entender la duplicidad de lo liso tendremos que imaginar dos cuerdas, que van de manera paralela y que de vez en cuando tienden a cruzarse, como el tejido ADN. Realmente el acontecer y la facilitación de las redes de información y organización ¿es un desmantelamiento social como señalaba Bauman? Si nos detenemos tan sólo un momento a pensar sobre las nuevas tecnologías de la información portátiles multifuncionales y dimensionales, estas fomentan la duplicidad, estamos hablando de una cuestión similar. Por una parte lo que señala Bauman: el derrumbe de los vínculos con la abstracción de las nuevas tecnologías portátiles, es un hecho ineludible. Sin embargo esta modernidad líquida, más que lisa tiene un proseguimiento gelatinoso.

Las fuerzas del poder se están entrecruzando normando lo neurálgicamente liso: el control del conocimiento y las formas de información dispuestas sobre internet. Esto era algo evidente para Bauman hace diez años, fundamentalmente porque observaba en esta liquidez, una lógica del poder y dominio y no de la insubordinación, democratización y expansión del conocimiento. Al mismo tiempo, tampoco vislumbró fenómenos de territorialización cultural, emergencia de localismo y demandas ciudadanas organizadas gracias a la constitución de alianzas y redes.

Sin embargo, luego de casi quince años de que se conceptualizara la modernidad líquida, existe algo más bien licuado, viscoso que liso. Estas líneas paralelas que no se tocaban, comenzaron a entrucruzarse, principalmente porque lo liso no es algo inherente a la estructura vertical, propia de la modernidad. Esta propuesta lisa-estriada del poder económico y del estado, comienza a comunicarse con aquello que iba en paralelo, intentando regularizar lo realmente liquido y fluido, que se mantenía en la asociatividad, las redes y el conocimiento “Existen dos movimientos, uno que estría lo liso, otro que vuelve a producir liso a partir de lo estriado” (Guattari, 1980: 489) En este encadenamiento estamos en la fase de aquello que busca estriar lo liso. Las redes sumamente normadas y estandarizadas como youtube, facebook, twitter, tumblr y otras, son ejemplos representativos del estriamiento económico, o reterritorialización moderna.

Observamos que en esta Modernidad gelatinosa, aún sigue existiendo el discurso moderno, en la medida que la fuerza de estriamiento, de control e identificación, tal como en algún momento la racionalidad cartográfica ayudó a Colón a encontrar tierra, sirve para el ejercicio jerárquico de poder, manteniéndolo, dirigiéndolo, conduciéndolo.

Columnista Gino Bailey Bergamin

Bibliografía

Bauman, Z. 2000 Modernidad Líquida, FCE, Ciudad de México.

Deleuze, G, Guattari, F. 1980 Mil Mesetas, Capitalismo y esquizofrenia, pre-textos, Valencia.


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