La mente existe en un estado de "nunca tener suficiente", por lo que siempre ambiciona más. Cuando te identificas con la mente, te aburres y te inquietas fácilmente. El aburrimiento significa que la mente tiene hambre de nuevos estímulos, de más alimento para el pensamiento y su hambre no está siendo satisfecha.
Cuando estás aburrido, puedes satisfacer el "hambre mental" leyendo una revista, haciendo una llamada telefónica, poniendo la tele, navegando en Internet, yéndote de compras o, y esto es bastante común, transfiriendo al cuerpo la sensación mental de carencia y la necesidad de querer siempre algo más, y satisfaciéndolas brevemente ingiriendo más comida.
O puedes sentirte aburrido o inquieto, y observar la sensación de estar aburrido e inquieto. A medida que vayas dándote cuenta de estas sensaciones, empezará a surgir algún espacio y quietud en torno a ellas. Al principio sólo habrá un poco, pero, conforme crezca la sensación de espacio
interno, el aburrimiento empezará a disminuir en intensidad y significado. De modo que incluso el aburrimiento te puede enseñar quién eres y quién no eres.
Descubres que ser "una persona aburrida" no es tu identidad esencial. El aburrimiento, simplemente, es un movimiento interno de energía condicionada. Tampoco eres una persona enfadada, triste o temerosa. El aburrimiento, el enfado, la tristeza o el miedo no son "tuyos", no son personales. Son estados de la mente humana. Vienen y van.
Nada de lo que viene y va eres tú.
"Estoy aburrido"; ¿quién sabe ésto?
"Estoy enfadado, triste, atemorizado"; ¿quién lo sabe?
Tu eres el conocimiento, no el estado conocido.
Eckhart Tolle, de su libro "El Silencio Habla"
http://vivirenpresencia.blogspot.com.ar/2012/01/mas-alla-de-la-mente-pensante-el.html
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