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Los científicos están un paso más cerca de la obtención de la fusión nuclear sostenible y la energía limpia e inagotable de las estrellas.
La energía de fusión tiene el potencial de convertirse en una fuente de energía alternativa, sin emisiones de carbono durante la operación y con el mínimo desperdicio. Los reactores de fusión convierten los núcleos atómicos ligeros en partículas más pesadas, lo cual se acompaña de la liberación de gran cantidad de energía.
En sus experimentos los investigadores de la instalación NIF (National Ignition Facility) usan un banco de 192 láseres de potencia de 500 billones de vatios construido en 2010 por 3.500 millones de dólares. Esos láseres
machacan una minúscula cantidad de combustible tan fuerte y tan rápido que se vuelve más caliente que el Sol.
El proceso de fusión no es directo. Los láseres disparan en una cápsula de oro que sostiene una bolita esférica de 2 mm de ancho. Cuando la luz del láser entra en la cápsula hace que las paredes del recipiente de oro emitan rayos X, que calientan la bolita haciéndola implosionar con extraordinaria ferocidad. El combustible, una mezcla de isótopos de hidrógeno llamados tritio y deuterio, se fusionan parcialmente bajo esas intensas condiciones.
La meta final de los científicos es generar más energía de la que el experimento consume en total, con lo cual la fusión nuclear llegaría a ser una fuente viable de energía. Por tanto, aún queda un largo camino por recorrer, pero el paso dado por el equipo estadounidense encabezado por Omar Hurricane aumenta las esperanzas de que después de décadas de esfuerzos internacionales y una larga serie de fracasos se esté haciendo el progreso definitivo.
La investigación fue publicada en la revista 'Nature'.
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