3 de noviembre de 2013

SER Y CONCIENCIA




El Ser se está haciendo consciente de todo en forma permanente. En este todo está incluido el hacerse conciente de nada, del vacío, lo negro, o lo totalmente blanco. Hacerse consciente de la vida, de las sensaciones, de los sucesos, de todo eso se hace consciente el Ser. Mecanismos complejos e inalcanzables para la comprensión racional se suceden en este campo de conciencia. Mecanismos a los que les damos nombres como memoria, tiempo, forma, conceptualización, efectos, sensaciones, razón, deducción, traducción, emoción, etc. Todo lo que existe y todos los mecanismos para percibir estas existencias son movimientos en la conciencia del Ser. Se atribuye existencia a lo que sea, debido justamente a eso, a que el Ser se hace consciente de eso. Todas estas existencias son solo efectos de los mecanismos mencionados. El Ser es un solo Ser, que infinitamente y por su inmenso poder despliega miles y millones de millones de formas de percibir, por medio de mecanismos, unos sutiles, otros más densos. Los mecanismos más densos los constituyen los seres diversos que conocemos en el mundo, desde amebas, hasta seres humanos, desde células hasta la inteligencia más desplegada. Todo eso es mecanismo de movimiento en la conciencia del Ser.

El Ser no es una entidad ubicada en el espacio, ni que se mueva en el tiempo. El Ser se constituye esencialmente de esta misma conciencia, haciéndose consciente de objetos, de nada o de si misma.

El Ser, al hacerse consciente de si mismo, está realizando su verdadera naturaleza. Sumergido en su propia luz, es como azúcar diluida en el agua. Para que el Ser saboree su dulzor, se mueve el mecanismo que conforma la eseidad temporal de percepción. Esta eseidad se convierte en un modo de autoconocimiento limitado a la forma, a la sensación, a la emotividad, al pensamiento. Cuando el Ser se está haciendo consciente por medio de estos mecanismos, se conforma una identidad parcializada y localizada. Esta identidad temporal y limitada es el organismo, en este caso hablo del organismo humano, en que se despliega una elevada capacidad de inteligencia para el proceso de estos mecanismos esenciales.

Con todo esto lo que intento decir es…. Somos realmente este Ser, aquí en la inamovilidad y eternamente ahora, y se está desplegando el movimiento del sentir, pensar y actuar en la propia conciencia. Cuando los movimientos en el Ser que no se mueve cesan… la propia absorción consciente se hace cargo de si misma.

Si esta conciencia de si mismo es aprehendida en forma espontánea por todos los mecanismos simultáneamente…. Es Realización. Ahí nada se excluye. De hecho, esta es la realidad constante, nada está excluido de la conciencia del Ser, pues es justamente debido a esto, que cualquier cosa cobra existencia. El punto importante es el autoconocimiento desplegado en simultaneidad con la función vital temporal de este organismo humano, como oportunidad maravillosa de hacerse consciente tanto del Si Mismo del Ser, como de su infinita potencialidad de hacerse consciente de las cosas, el mundo, y los otros seres. Sabiendo que todo ser es el mismo Ser, todo yo, es el mismo yo, toda alma es la misma alma, y el amor es la comprensión de esto, sucediendo una estabilidad armónica en el mecanismo inteligente que es capaz de autorelacionarse consigo mismo desde si y para si, en la apariencia sutil, gruesa y de cualquier tipo que engendra esta diversidad de seres, formas, maneras, diferencias, sabores y colores. Somos uno mismo en la diversidad. No hay dos seres independientes y separados, ni siquiera unidos, en la realidad última. Todo es y acontece en mi, y de ello soy plenamente consciente.
Maria Luisa

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