"La realidad es simplemente una ilusión, aunque una muy persistente." Albert Einstein
24 de noviembre de 2013
Desprográmate
Estamos programados desde niños por las conveniencias sociales y por una mal llamada educación. Vivimos programados y damos la respuesta esperada ante situaciones determinadas.
Tenemos programadas ideas convencionales, como las ideas de patria y fronteras, y hábitos culturales que tomamos como verdades cuando no lo son y, además, nos llevan a conflictos.
En la naturaleza no existen fronteras. No están más que en nuestra mente. Toda tierra es de todos y todas las culturas no son más que ideas que nos separan.
La cultura, la religiosidad, las diferencias raciales, nacionales o regionales nos han sido estampadas como un sello y las tomamos como algo real. Es la cultura lo que provoca las emociones ante el nombre de patria, raza, idioma o pueblo. La patria es producto de la política y la cultura es la manera de adoctrinar.
El honor, el éxito y el fracaso no existen, como tampoco la belleza ni la fealdad, porque todo consiste en la manera de ver de cada cultura.
Cuando eres un producto de tu cultura, sin cuestionarte nada, te conviertes en un robot.
Te enseñaron una religiosidad y una forma de comportarte que no has elegido, sino que te vinieron impuestas desde fuera, antes de que tuvieses edad o discernimiento para decidir, y sigues así, con ellas colgadas, como una piedra al cuello.
Lo que haces como hábito, te hace dependiente porque te lo han programado. Sólo lo que surge de dentro lo analizas, lo pasas por tu criterio, decides ponerlo en práctica, lo asumes, es tuyo, auténtico y te hace libre.
Lo importante es ser capaz de darte cuenta de que no eres más que un yoyó, siempre de arriba para abajo, según tus problemas, tus disgustos o depresiones; que eres incapaz de mantener una estabilidad. Darte cuenta de que te pasas la vida a merced de personas, de cosas o situaciones; que te manipulan o tú puedes manipular; que no eres dueño de ti ni capaz de mirar las situaciones con sosiego, sin enfados ni ansiedad.
Tienes que liberarte de tu historia y su programación para responder por ti mismo.
Lo mismo ocurre con lo que creemos amor y que no es más que un modelo cultural aceptado por la mente.
Lo menos que se puede hacer por el amor es ser sincero, tener claridad de percepción y llamar a cada cosa por su nombre. Ser capaz de dar la respuesta precisa sin engañar ni engañarte. Porque te amo te doy la respuesta, desde mi realidad, que te corresponde a ti y a tu realidad, en este momento. Más tarde no sé lo que puede ocurrir, y por ello no te hago promesas que no sé si podría cumplir.
La espiritualidad ha de nacer de ti mismo; y cuanto más seas tú mismo, serás más espiritual.
Fuente:"Autoliberación interior". Anthony de Mello.
http://siyocambiotodocambia.blogspot.com.ar/2012/09/desprogramate.html
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