Hace muchísimo tiempo, el ser humano se perdió en el proceso de involución y perdió su poder, olvidamos consecuentemente que fuimos creadores absolutos del juego que elegimos jugar. Ahora somos como niños que inventaron un juego y no recuerdan las reglas que ellos mismos han fijado. Empiezan entonces a sentirse prisioneros y victimas de esas reglas que han deformado y que no comprenden a medida que las olvidan.
El ser humano parece encontrarse en esa situación en su conciencia ordinaria. Ha olvidado que hace millones de años empezó un juego cuyas reglas fueron establecidas con precisión. El juego mismo consistía en olvidar momentáneamente la esencia divina de su naturaleza y , por consiguiente que también era creador. Sólo momentáneamente porque el viaje global de involución y evolución de la conciencia debe llevarnos de forma natural,
del olvido a un nuevo descubrimiento.
Consideramos que el ser humano está constituido por un ser interior ( Fuente o conciencia superior ) y este ser dispone de un vehículo para manifestar su voluntad en el mundo físico, llamado ego formado por el cuerpo físico, emocional y mental.
El punto de partida es el siguiente: poseemos un cuerpo físico pero no somos ese cuerpo físico; tenemos emociones, pero no somos esas emociones; tenemos pensamientos; pero no somos esos pensamientos.
Cada uno de nosotros crea su propia realidad, la experiencia de su vida, a través de los sistemas de creencias que tenga inconscientemente elegidos. Cuando rehusamos a abrirnos a una información más amplia, no sólo somos incapaces de percibir nada más de lo que nuestros propios sistemas mentales nos permiten conocer, sino también que lo que percibimos cada día no hace más que reforzar el propio sistema de creencia o filtro.
Cuando uno está atrapado en los automatismos de la mente inferior, no es inteligente. La mente superior es la sede de la verdadera inteligencia, la que procede del alma. Da lugar al razonamiento imparcial, a la flexibilidad, a la apertura de espíritu, a la inspiración , a la intuición. Permite acceder a la Mente Universal, fuente de una inmensa inteligencia creadora.
Si la mente inferior está en silencio, cuando la información llega a la consciencia, transmite la información directamente y sin distorsión a la mente superior. Todo va bien , es el funcionamiento ideal. Para ello es necesario desalojar de la mente inferior las memorias activas, cargadas emocionalmente en experiencias pasadas. Los automatismos mentales ( querer tener razón, mantener e toda costa el propio punto de vista..) o emocionales se imponen ( miedo , placer, ambición de poder..) se imponen a la capacidad de pensar con inteligencia. La consciencia se deja atrapar por la mente inferior, la sabiduría de la mente inferior queda interceptada.
Así pues , es muy importante emprender un trabajo de sanación y liberación de viejas memorias.
Esto supone la liberación del ego: el verdadero aprendizaje.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario