Nada mas nacer, el llanto y la queja son los únicos medios que tenemos para asegurarnos la supervivencia: ser alimentado, permanecer seco y limpio, que nos distraigan, nos dejen dormir en paz y atiendan nuestro malestar. No tenemos otra forma de expresarnos ya que aún no empleamos las palabras para decir lo que queremos o no, lo que nos gusta o disgusta o como nos estamos sintiendo.
Antes que la sonrisa y la risa, que son más agradables y que también nos procuran atención, aprobación y contento emocional, el llanto y la queja satisfacen nuestras necesidades físicas y así aseguramos nuestra vida.
Pasado el tiempo, y ya de adultos, seguimos empleando estos medios para expresar
todo lo que nos disgusta, lo que nos perjudica, lo que nos asusta y lo que rechazamos. Pero ahora estas palabras y acciones provocan el efecto contrario: nos perjudican seriamente y nos impide disfrutar de una vida plena.
La vida, el tiempo en que permanecemos en este planeta con nuestro cuerpo físico es para gozarla, disfrutarla, saborearla,teniendo un por qué y un para qué que la llena de sentido y significado. La supervivencia solo es nuestro objetivo cuando somos críos; la vivencia de la plenitud y la felicidad, la verdadera meta.
Realmente hemos aprendido, o al menos han puesto empeño en enseñarnos, como ir tirando con el paso de los años, pero no sabemos ser conscientes del inmenso regalo y fortuna que tenemos de poder materializar experiencias de vida que sean reflejo de desarrollo, crecimiento y evolución de nuestra grandeza humana.
Existe una Ley Universal, que rige todo y a todos, en cualquier lugar, en todo momento, cuyo conocimiento y seguimiento nos asegura la manifestación de lo que elijamos ser, hacer y tener en nuestra experiencia vital: “todo en lo que enfocamos nuestra atención, crece, se expande”, o lo que es lo mismo, que vayamos a favor de la corriente, fluyendo con la vida.
Por más que nos lo hayan dicho y demostrado sabios y maestros de todos los tiempos, seguimos haciendo oídos sordos, continuando pensando, hablando, escuchando y actuando con ignorancia y descuido y sufriendo, por ello, sus consecuencias.
Mucho nos cambiaría la vida solo con suprimir el pernicioso hábito de la queja, continua y por costumbre, de observar,escuchar y hablar de todo lo negativo, lo malo, lo que no funciona, lo terrible, lo que no queremos… que nos deja en un estado emocional ansioso, de temor y lucha, y enfocar nuestra mirada, pensamientos, escucha y palabras en todo lo que queremos, nos gusta, nos apoya, funciona y fortalece. Ir con la corriente de la vida, actuando siempre a favor de lo que deseamos y merecemos; evitando la lucha inútil y debilitante.
Estamos confundidos. Esfuerzo, paciencia, perseverancia, optimismo, renuncia inmediata, son valores positivos e imprescindibles para lograr una vida plena y con sentido. La lucha, la protesta violenta, las acciones conducentes a seguir dando energía a lo negativo, falso y odiado, por el contrario, tendrán el efecto de atraer más de todo lo que no queremos y rechazamos. ¿No tenemos suficientes ejemplos de ello?
La actitud conveniente es: “siempre a favor”: a favor del amor, de la buena salud, de la familia, de la libertad personal, de la justicia, de vivienda digna, de trabajo/servicio que nos apasione y bien retribuido, del respeto a la diversidad, de la paz. Sería estupendo gritarlo a los cuatro vientos, a solas y en manifestación.
El exterior es fiel reflejo del interior. La sociedad no es más que el conjunto de personas, vecinos y ciudadanos. Las creencias, las conversaciones, los estados emocionales, las situaciones y circunstancias personales serán las de la
sociedad y las del mundo.
sociedad y las del mundo.
Como dijo Gandhi, seamos cada uno el cambio que queremos ver en el mundo. Es un asunto personal, no de la sociedad o del gobierno de turno. Y como hizo la Madre Teresa, barramos cada uno la puerta de nuestra casa para que nuestro bloque, calle, barrio, ciudad, nación, país y planeta estén limpios.
También es asunto de cada persona. Dediquemos nuestra energía, tiempo, talentos y recursos siempre a favor de la vida que deseamos y soñamos y del mayor bien de toda la Humanidad.
Da resultado.
Ana Novo
Autora del libro “Elige tu vida, ¡ahora!” (Ed. Creación)
www.creoycreo.com
www.tunuevaoportunidadahora.com
Autora del libro “Elige tu vida, ¡ahora!” (Ed. Creación)
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