Todos tenemos puntos ciegos, tendencias que simplemente nos negamos a admitir
como propias, rasgos que rehusamos aceptar y que, por consiguiente, vertemos hacia el exterior, blandiendo toda nuestra cólera e indignación puritana para luchar contra ellos cegados por un idealismo que nos impide reconocer que la batalla es interna y que el enemigo está mucho más cerca de lo que nos imaginamos.
Ken Wilber
como propias, rasgos que rehusamos aceptar y que, por consiguiente, vertemos hacia el exterior, blandiendo toda nuestra cólera e indignación puritana para luchar contra ellos cegados por un idealismo que nos impide reconocer que la batalla es interna y que el enemigo está mucho más cerca de lo que nos imaginamos.
Ken Wilber
Hay muchas palabras que son usadas, abusadas y pocas veces observadas y tratadas desde su justo significado. Considero que ésta es la que más ha sufrido distorsiones y desconsideraciones.
La función de la libertad pertenece a los dominios superiores de la psiquis y por lo tanto
no se la puede asociar al funcionamiento del ego.
Se vincula a las funciones superiores del Ser donde las respuestas son creativas y únicas propias de una conexión álmica.
Pensar, elegir, actuar desde la guía del alma implica moverse en campos energéticos vibracionales de mayor elevación.
El campo de acción del ego o personalidad está impregnado y condicionado por temores, apegos, necesidades, deseos. Por un pasado y un futuro, por crear espacios restrictivos sostenidos por las barreras de lo convencional y lo normativo .Por generar pensamientos repetitivos que consolidan creencias francamente reasegurantes..
La capacidad de poder expresarse desde “ la lógica del alma “ resulta atemorizante en las vibraciones donde reinan las formas aceptadas por criterios establecidos e identificados con lo mayoritario.
La genialidad,lo revolucionario, propio de conciencias que abren camino, asi como lo excéntrico, lo anticonvencional, resulta una amenaza permanente para hombres sometidos a viejos y caducos patrones que buscan instalarse en modos de vida que los mantienen distantes de los fuertes sacudones del cambio.Pero al cambio no se lo puede ignorar y menos desafiar.Se presenta de muchas y diversas formas, a veces golpea con mucho dolor para quebrar estructuras muy rígidas.
La cualidad energética del alma es puramente vital, por ello cuando entramos a contacto con estas energías la alegría, la creatividad, la jovialidad, la aventura, el riesgo, la desestabilización, lo arrasante, la pasión, el movimiento, la diferenciación, la belleza, la música … se hacen presentes en nuestra vida.
Se es libre solo en los momentos en que nos expresamos desde estos niveles de energía.
Una conciencia que busca trabajar en pos de conquistar el difícil y fascinante camino hacia la libertad tiene que primero reconocer y luego disipar toda ilusión de creerse libre cuando se defienden posiciones a ultranza, cuando se actúa desde un atrincheramiento controlado por pensamientos que señalan al afuera como coercitivo y amenazante.
Una conciencia que busca trabajar en pos de conquistar el difícil y fascinante camino hacia la libertad tiene que primero reconocer y luego disipar toda ilusión de creerse libre cuando se defienden posiciones a ultranza, cuando se actúa desde un atrincheramiento controlado por pensamientos que señalan al afuera como coercitivo y amenazante.
El temor a la pérdida de la libertad es un temor del ego. La violencia ejercida por defenderla es la falacia que esconde la herida sangrante que condiciona toda reacción egoica. Por eso la libertad no puede estar vinculada a caracteres dominantes ni a personalidades autoritarias que continuamente delimitan fronteras defendidas a mano armada.
La prisión es justamente la incapacidad de ejercitar acciones desestructurantes que desafíen los espacios de rutina y de acciones repetitivas que empobrecen y desvitalizan el impulso al crecimiento.
Una palabra también generalmente mal interpretada es COMPROMISO.
Está asociada al concepto de libertad en tanto y cuanto una acción libre es una acción comprometida.
Al hombre libre se lo reconoce por la apertura, la expansión y el compromiso con experimentar la vida intensamente. Ejercitar la libertad es manifestar la pasión álmica por vivir cada experiencia creciendo en sus profundidades.
Al hombre libre se lo reconoce por la apertura, la expansión y el compromiso con experimentar la vida intensamente. Ejercitar la libertad es manifestar la pasión álmica por vivir cada experiencia creciendo en sus profundidades.
Ser libre es un trabajo de permanente auto indagación: observar sin el juicio de la mente aquellos aspectos internos que nos esclavizan y se manifiestan como experiencias condicionantes para que las podamos reconocer como proyecciones del mundo interno.
Toda configuración externa responde a la activación de aspectos internos no indagados, no procesados, mantenidos a distancia por un yo que desplaza la mirada hacia una dirección que no lo ponga de frente y a contacto con la herida., con su propia herida. Pero la herida sigue estando ahí. Limita, encarcela, ilusiona, refuerza el poder del ego que al negarla crea mas control y auto restricción.
Hay una gran pérdida energética en este comportamiento evasivo y postergatorio pues todo lo que se relega vuelve con más impulso a presentarse y la misma energía que podría estar al servicio de la vida se cristaliza en situaciones repetidamente desvitalizantes.
El temor a la pérdida de la libertad y sus consecuentes acciones derivadas de este temor, son tóxicas para la evolución y el crecimiento del Ser.
Este surge cuando al no ser reconocido y proyectado da lugar a la reacción que detiene el proceso de intimidad con el otro.
Una nueva ilusión para ser confrontada: ningún nivel alcanzado de conciencia puede perderse una vez alcanzado, un nuevo despertar trae el compromiso de un reconocimiento y mayor responsabilidad.
Es nuevamente la herida la que reaparece porque el otro no tiene el poder de quitarme nada que sea un valor superior. Otro reaseguro ilusorio. Y una vez más no hay compromiso con el impulso de la conciencia a reconocernos en una participación activa en cada experiencia vincular.
Una acción comprometida es una acción guiada por el alma, una acción libre es justamente el ejercicio de actuar desde este mismo compromiso.
Hombres libres y comprometidos no han sentido ninguna pérdida ni se han sentido prisioneros aún de frente a duras pruebas. Es una clara imagen donde la prisión y el encarcelamiento es emanada de una sensación interna de no resolución y de no compromiso con la vida.
Y aquel que no puede nadar tan profundamente en su oscuridad como para llegar a tocar su alma no puede corresponderle a la vida excluyéndose e invalidando ese impulso maravilloso que tan generosamente se nos ofrece como trampolín.
Lic Annamaria Saracco
TOMADO DE http://lospasosdelalma.blogspot.com.es/
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