"Eres como una radio, sólo te escucha lo que sintoniza contigo."
Cuántos nombres ha recibido a lo largo de la historia. Sólo en nuestro moderno mundo daría para escribir un libro, ya que la jerga le otorga mil caras para hacer lo que siempre hizo: estar constantemente presente y no ser percibida con claridad. Su invisible y perfecto plan es infalible.
La vibración para nosotros, los mortales del siglo XXI, tiene sólo una acepción en el diccionario. Literalmente, la Real Academia dice que es “la acción o el efecto de vibrar”. Poca información nos ofrece esa definición para algo tan importante como una ley universal. No obstante, si leemos su descripción para el infinitivo “vibrar” todo cambia. En este último caso incluye entre sus significados el siguiente: “conmoverse por algo”. Aquí
comienza esta invitación a comprender otra de las leyes del universo, ese que califican de entelequia quienes no tienen tiempo más que para andar sobre el suelo.
La ‘Ley de Vibración’ sostiene que “nada esta inmóvil, todo se mueve, todo vibra”. Tú, lo creas o no (no importa mucho), vibras, y en función de qué tipo ejerzas obtendrás unos resultados concretos, difusos, elegidos, erróneos… Traducido a nuestros idiomas, los del homo sapiens sapiens, se podría llamar “corazonada”, “buen o mal rollo”, “feeling”. También es conocida esta ley por la clásica frase “no me da buena espina” o “sí me da” y así hasta completar el libro que comentaba en las primeras líneas. La ‘Ley de Vibración’ está siempre actuando y qué pocas veces somos conscientes de ella y de cómo elegir vibrar.
La música nos ayuda a comprender este paradigma. Una guitarra es un ejemplo claro de que la vibración (como la tuya, invisible) causa un efecto sobre su entorno. Al golpear una cuerda o varias, se produce una vibración que genera un sonido. Éste sonido puede o no estar en sintonía contigo, pero por eso mismo ya genera en el receptor una reacción de atracción o rechazo. Lo que sí es cierto es que esa guitarra ha “contactado” contigo y lo ha hecho a través de una vibración. Le pasa a todos los instrumentos, por eso se siente magia con la música, sea cual sea. Incluso la palabra es la música del pensamiento, pero nunca él mismo.
La radio es otro claro exponente de esta teoría para muchos, ley para otros. Existe una vibración; si la captas, entras en sintonía con ella, sin perjucio de que existan otras “emisoras” (personas o cosas) con las que no te estás “enganchando” en ese momento. Sólo vas a conectar con aquellas que están en tu misma frecuencia.
Si vibras (consciente o inconscientemente) y no encuentras respuesta, ¿qué es lo que está pasando? Muy fácil: no estás en sintonía con lo que deseas encontrar. Así de claro, e insisto: lo creas o no.Quieres sintonizar la emisora de tus propósitos y encuentras sólo espacios para visitar y nunca quedarse. Elige conscientemente cómo vibras, no te dejes llevar, déjate llevarte a ti mismo. Siéntete como sueñas sentirte y podrá escucharte ese destino para salir a tu encuentro.
Felices días a tod@s
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