Por Yehudá Berg
Todos nosotros tenemos una voz en nuestra cabeza que nos dice que somos la persona más maravillosa del lugar o que somos la peor y la más incapaz.
Estas subidas y bajadas extremas son las dos caras de la misma moneda: el ego.
Nuestro ego tratará siempre de convencernos de que somos lo mejor, o lo peor, pero existe un secreto para apagar el ruido del ego y subir el volumen de nuestra alma:
Silenciamos la voz de la negatividad cuando estamos ocupados haciendo cosas por otros.
Dejar un legado perdurable
Un poderoso ejercicio para despertar nuestra conciencia a lo que es realmente
importante es considerar lo que habrás dejado detrás si hoy fuese tu último día.
Las cosas físicas siempre se deterioran; son las cosas no físicas (la sabiduría, el amor, la energía, la amistad, etc.) las que dejan un legado perdurable cuando las damos.
¿Qué puedes dar de ti que vivirá para siempre?
Fuente: senderoespiritual.com
http://www.periodicodecrecimientopersonal.com/silenciar-la-voz/
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