(Imagen: Steve Henry)
Te harás a ti mismo infeliz.
Compararás tu experiencia presente
con la versión de segunda mano que elabora la mente acerca de la ‘felicidad.’
La verdadera felicidad es la ausencia de comparación.
Es la ausencia del intento de ser feliz.
Es una invitación a ser íntegro, a estar consciente, presente,
justo donde estás.
La felicidad no es una meta, por lo mismo no es un destino, ni un lugar de descanso final.
No es un estado, ni siquiera un sentimiento.
No se puede dar, ni tampoco quitar.
Es un campo. Un gran campo, donde la alegría y la tristeza,
el entusiasmo y el aburrimiento, la soledad, la duda,
y un profundo sentido de conexión,
la ira, el miedo, la incertidumbre, incluso la desesperación,
tienen permiso para jugar, bailar, crecer, expresarse, vivir,
permanecer, descansar, y morir, en su propio y precioso tiempo.
Todos los pensamientos son bienvenidos. Los sonidos pueden llegar e irse, también.
La felicidad es inmensa; no es pequeña.
Es meditación, un gran espacio.
Es amorosa atención, quietud, descanso.
Es el aliento, expandiéndose, relajándose.
Es el sentido de estar vivo.
No tiene opuesto, pues lo abarca todo.
Es tu naturaleza, no una lejana utopía.
Es tú, antes de que te pusieran un nombre,
antes de que aprendieras a dudar de ti mismo.
No trates de ser feliz, amigo.
Abraza tu infelicidad, deja que viva.
Y descubrirás una felicidad mucho más profunda,
esa que llamamos Amor.
- Jeff Foster
http://presenciaconsciente.tumblr.com/post/123365259997/c%C3%B3mo-ser-feliz
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