IGNACIO MORGADO, CATEDRÁTICO EN EL INSTITUTO DE NEUROCIENCIAS DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA, ACABA DE PUBLICAR UNA OBRA EN LA QUE EXAMINA CÓMO NUESTRO CEREBRO CREA PARA NOSOTROS LA ILUSIÓN DE LA REALIDAD
Que el mundo es una ilusión es una idea antigua. En un conocido pasaje de El mundo como voluntad y representación, Schopenhauer habla de esto apoyándose en los Vedas y los Puranas, dos textos sagrados redactados hace más de 3 mil años; el filósofo también cita a Platón, a Píndaro (“El hombre es el sueño de una sombra”) y a Shakespeare (“We are such stuff as dreams are made of”), y él mismo afirma que “La vida y el sueño son hojas de uno y el mismo libro”.
Curiosamente, la antigüedad no ha desgastado esa hipótesis, y cada tanto surgen personas que la reivindican, a veces desde el ámbito especulativo (filosófico, artístico) y otras desde campos más fehacientes, como es el caso del psicobiólogo español Ignacio Morgado, quien en una publicación reciente asegura que “el mundo es una ilusión creada por el cerebro”.
Morgado es catedrático de la especialidad mencionada en el Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona. Su libro más reciente lleva por título La fábrica de las ilusiones, en alusión clara a ese gran intermediario entre el mundo y la percepción que tenemos del mundo: el cerebro. En una época en que la estimulación transcraneal puede hacer sentir a una persona algo que en realidad no existe, la pregunta lógica y quizá hasta obligada parece ser qué tanto nuestro cerebro nos engaña al aprehender el
mundo real, qué tanto podríamos creer cierto algo que no existe más allá de nuestros procesos neuronales. A este respecto, Morgado nos dice:
llamo ilusión a todo lo que hay en la mente y no tiene un correlato con la realidad. Por ejemplo, el tacto es una ilusión muy práctica. Lo notamos en la mano y nos permite alargarla para coger objetos. Sin embargo es el cerebro el que siente. Lo sabemos porque hay personas que con un brazo amputado siguen notando el tacto en la mano que ya no tienen. No sabemos cómo hace el cerebro para que tengamos la ilusión de sentir el tacto en cualquier zona de nuestro cuerpo. Esa es una de las muchas ilusiones que produce el cerebro. Por eso explico que las ilusiones del cerebro son prácticas, que funcionan y nos permiten sobrevivir, conseguir propósitos. Casi todo el cerebro funciona a partir de “ilusiones prácticas”.
Este enfoque, sin embargo, difiere del que hemos referido por esa cualidad “práctica” que el investigador señala, como si ahí se encontrara la realidad del mundo. No se trata solo de aventurar una posibilidad casi metafísica, sino de atribuirle un valor útil dejando de lado el debate sobre la realidad del mundo.
Por eso, cuando Morgado dice: “nada de lo que hay aquí está realmente fuera, todo son ilusiones que crea nuestro cerebro”, el sentido que da a “ilusión” está en cierta forma alejado de la imaginación, de lo inexistente. Puede ser, como sostuvo el poeta, que “la vida es sueño”, pero desde el punto de vista científico de Morgado esa cualidad no importa tanto, en la medida en que nuestro cerebro nos hace experimentarla como real.
En la misma entrevista el investigador también toca otros temas como el comportamiento violento, que la neurociencia explica como una alteración funcional; el enamoramiento, que igualmente puede entenderse como una reacción química en la que el “te querré toda la vida y no podré pensar en nadie más que en ti” puede tomarse como nuestros niveles de serotonina hablando por la boca; o cómo al dormir damos a nuestro cerebro la oportunidad de “reestructurar la información que recibimos durante el día”:
Durante la vigilia, cuando estamos despiertos, no podemos analizar mucha información a la vez, porque nuestra capacidad es limitada. Pero el sueño de forma automática repasa información y recluta los elementos regulares. Una de las maravillas del sueño consiste precisamente en encontrar esas reglas.
Más adelante, sobre la relación entre dormir y ser creativos o intuitivos:
Gran parte de la creatividad e intuición viene del sueño. Como el caso de Mendeléiev y su tabla periódica. El científico llevaba muchos días dando vueltas a cómo ordenar los elementos y lo vio en el sueño. Pero llevaba años con el tema en la cabeza y el cerebro seguía procesándolo mientras dormía. Pero no me gusta que esto dé pie a pensar que es algo mágico. Es pura ciencia, aunque no podamos explicarlo.
Por último, una imagen que expresa por qué incluso la ciencia no se resiste fácilmente al carácter fantástico de los sueños:
El tema de los sueños, salvo Freud que lo trató de forma extracientífica, cuesta mucho explicarlo. Ocurren porque el cerebro está funcionando con la corteza prefrontal, el director de orquesta del cerebro, desactivada. Y es como si la orquesta tocara sin director ni partitura.
Y otra que da cuenta de qué le sucederá a nuestro cerebro, incluso cuidándolo como es debido:
Las conexiones entre neuronas, el hipocampo se encoge. Las neuronas son como árboles, y con la edad empiezan a perder ramas, el lugar donde se forman las conexiones.
http://pijamasurf.com/2015/06/neurocientifico-espanol-da-un-nuevo-sentido-a-la-idea-de-que-el-mundo-es-una-ilusion/
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