Me Entrego al Corazón

Los maestros espirituales discuten sobre
si hay o no un yo,
y debaten la ilusión del libre albedrío.
Los buscadores espirituales discuten sobre
si sus maestros dicen la verdad o no.
Los creyentes tratan de probar sus creencias.
Los ateos tratan de refutar las creencias de los creyentes.
Los amantes tratan de probar su amor el uno al otro.
Los soñadores tratan de proteger sus sueños.

Nos aferramos a los libros sagrados con demasiado cuidado.
Ofrecemos alabanza en el altar de los conceptos.

¿Cuándo despertaremos de nuestra hipnosis masiva,
de nuestra obsesión con lo erróneo y lo correcto, con el bien y el mal,
con nuestra fijación a las palabras y sus polos opuestos,
para enamorarnos
con lo que está vibrantemente vivo

en nosotros y en los demás?

Reunámonos en el mundo previo a las palabras,
sin nada que probar, sin nada que defender.
Con sólo la vida, desnuda y cruda, eléctrica.
Con los brazos completamente abiertos
para lo que es, y para lo que puede llegar a ser.

Yo o no yo,
Dios o no Dios,
la consciente consciencia siendo consciente del conscientemente presente testigo de la subjetivamente objetiva subjetiva Seidad previo al surgimiento de...

Oh, ¡Al carajo!

Finalmente despierto a este vivo momento.
Fuera de la cabeza.
Entregándome al corazón.

Todas las palabras se desmoronan.

- Jeff Foster

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