Dejemos de luchar contra gigantes invencibles y dejémonos llevar por el flujo de la propia naturaleza de las cosas. La aceptación no es, en ningún caso, una fatal resignación.
Todo tiene una razón de ser, todo ocurre por algún motivo. Probablemente necesitemos vivir esa experiencia y aprender de ella.
Ante la adversidad el único camino es crecer. Está en nuestras manos decidir qué actitud vamos a tomar. La responsabilidad nos pertenece al cien por cien. Somos nosotros los que decidimos si nos volvemos a poner en pie y replanteamos nuestra realidad o si nos dejamos vencer y abandonamos toda
ilusión de seguir adelante.
En nuestro interior hay escondida una grandeza, una fuerza inusitada que es capaz de enfrentar cualquier reto y que puede sobreponerse a toda adversidad y en nuestro corazón albergamos el asombroso poder de intuición que nos ayudará a ver con claridad lo que debemos hacer frente a cada circunstancia.
La vida puede llevarnos por caminos escarpados, por los que se nos hará muy difícil avanzar, pero hemos de perseverar mientras tengamos una sola gota de energía.
La vida es realmente valiosa. Haz que valga la pena. Busca aquello que te hace ilusión y poténcialo. Llena tu vida de ello, porque la ilusión mueve montañas.
Recuerda que la hora más fría y más oscura de la noche es cuando está a punto de amanecer.
Fuente: “El pescador de mentes” de Christian de Selys.
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